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Mayoría de edad

Alma Fernández Tapias cumple 18: discreción, elegancia y un futuro por escribir

Su hermano Iván es su referente y su apoyo incondicional

Alma, junto a su madre, Nuria González Gtres

En una época donde la sobreexposición parece moneda corriente, Alma Fernández Tapias ha sabido mantenerse al margen del ruido mediático. La hija menor de Nuria González y del recordado empresario Fernando Fernández Tapiasha cumplido 18 años, alcanzando la mayoría de edad con la misma elegancia serena y natural que siempre ha definido su presencia pública. Una joven que encarna esa rara combinación de estilo, belleza clásica y reserva tan valorada en los círculos más selectos.

Su aniversario llega en un momento especialmente simbólico: apenas unos días después de recibir el sacramento de la Confirmación, acompañada por su familia y amigos en una ceremonia íntima pero emotiva. A su lado, su madre, Nuria González, figura de sofisticación inquebrantable, e Iván, su hermano mayor, quien a sus 22 años ejerce de referente y apoyo incondicional.

Vida discreta

El nacimiento de Alma, aquel 7 de junio de 2007, fue celebrado como un regalo para la pareja, que había contraído matrimonio cinco años antes en una ceremonia tan discreta como su estilo de vida. Su llegada sellaba la consolidación de una familia que siempre prefirió el calor del hogar a los focos. La imagen de Nuria saliendo de la clínica con su hija en brazos, visiblemente emocionada, permanece grabada en la memoria colectiva como uno de los retratos más íntimos y auténticos de la jet madrileña.

Nuria González, junto a sus hijos Iván y Alma Gtres

Alma ha crecido alejada del estruendo mediático, pero no de la vida social. Ha heredado la belleza armónica de su madre, ese estilo depurado que no necesita excesos para destacar, y una pasión compartida por la tauromaquia, arte que madre e hija disfrutan desde la barrera en Las Ventas o la Maestranza, sin aspavientos ni posados forzados.

La pérdida de su padre en 2023, cuando aún era una adolescente, supuso una sacudida emocional difícil de imaginar. Y sin embargo, Alma ha enfrentado el duelo con la misma discreción y templanza que parecen correr por sus venas.

Con su mayoría de edad recién alcanzada, el futuro de Alma se abre ante ella como un lienzo en blanco. Aunque aún no se ha confirmado su camino académico, todo apunta a que seguirá cultivando un perfil bajo, alejada de los flashes, pero con la determinación de quien sabe quién es, y lo que representa.

Una nueva etapa comienza. Alma, sin hacer ruido, ya brilla.