Ana Obregón, la mujer que superó al cáncer y se convirtió en "estrella" de la televisión

Ana Victoria Garcia Obregón (18 de marzo de 1955) nació en el seno de una familia acaudalada que no presumía de su riqueza. Su padre, Antonio García, empresario de la construcción, era un hombre sencillo y humilde que inculcó a sus hijos, Celia, Juan Antonio, Amalia, Javier y Ana, el interés por los valores esenciales de la vida, su desapego por lo material y el amor hacia las cosas sencillas y la familia.

La cara menos conocida de su hija más mediática nos lleva a descubrir a una bióloga, aspirante a veterinaria, bailarina de conservatorio y empresaria. Pero el aspecto más duro de su vida personal tiene marcada en su corazón la palabra cáncer, una enfermedad que se llevó de este mundo a su hijo Aless, pero que también ella padeció en su infancia y juventud. Cuando era una niña le diagnosticaron un tumor en el duodeno, y a los 28 años otro en el utero, que, afortunadamente, pudo superar con éxito. Dicen que su carácter enérgico y su gran fortaleza le han ayudado en los peores momentos, que sabe sonreír aunque el dolor la mine por dentro.

La biología dio paso a la interpretación cuando afloró su instinto artístico. Se preparó concienzudamente en el prestigioso centro de arte dramático Lee Strasberg Theater Institute de Nueva York y, en 1978, debutaba en el cine con la película “Cuba”, de Richard Lester, a la que seguiría “Bolero”, en la que compartió reparto con Bo Derek.

Instalada en Los Ángeles con la intención de abrirse camino en Hollywood, intervino en series como “El equipo A” , pero se la recuerda más por su jornada paellera con el mismísimo Spielberg o su estancia en la casa de su amigo, Julio Iglesias, en Miami. Recuerdo una noche, sobre las dos de la madrugada, en la que sonó mi teléfono y era Ana para comunicarme, todo alborozada, el episodio de la paella. Tenía el horario cambiado y acaba de aterrizar en Madrid.

Su periplo hollywoodiense no llegó a más y se centró en su carrera en España. Su éxito le vino gracias a la televisión y a series como “Ana y los siete”, “Hospital Central” y “Hostal Royal Manzanares”, y a programas del estilo de “Qué apostamos”, “Mira quién baila”, los especiales de Nochevieja o las Campanadas de fin de año.

En el terreno del amor, su currículo sentimental presenta hombres muy distintos, desde el cantante Miguel Bosé al aristócrata Cayetano Martínez de Irujo, el actor Miki Molina, el baloncestista Fernando Martín, al que califica como “el gran amor de mi vida”, un corto idilio con el príncipe Alberto de Mónaco, el sueño cumplido de ser madre junto a Alessandro Lequio, el futbolista Davor Suker, el modelo polaco Darek… y los presuntos romances con Pepe Navarro, David Beckham, el escritor David López, el torero Finito de Córdoba y el bailarín Israel Nadal, del grupo Los Vivancos. Ahora está libre de amores y de compromisos sentimentales. Y confiesa que no está abierta a nuevas relaciones. Que no le hace falta un hombre a su lado para ser más feliz.

La pérdida de los tres grandes pilares de su vida, su hijo Aless y sus padres en apenas tres años de diferencia, le sumieron en una depresión profunda que le apartó de todo y de todos hasta que aceptó presentar las Campanadas el pasado mes de diciembre. Se esperaba su vuelta al trabajo con una serie y una obra de teatro, pero la muerte prematura de Aless a causa de un cáncer hace ahora tres años, dejó su agenda vacía de proyectos.

Hoy está centrada al cien por cien en la pequeña Anita Sandra, el bebé concebido por gestación subrogada en los Estados Unidos. Los padres son el mismo Aless, que congeló su semen antes de fallecer, y una mujer cubana de Miami. La abuela Ana no descarta repetir la experiencia en el futuro, amparándose en que “mi hijo quería formar una familia numerosa y yo voy a hacer su sueño realidad”, algo que muchos no entienden viniendo de una mujer que acaba de cumplir 68 años.

La polémica está servida.