El diario de Amilibia: Ayuso, haz feliz a Leticia, porfa

Leticia Dolera, actriz y directora, dijo en TV3 cuando le preguntaron por qué vivía en Madrid: «Hombre, a mí el rollo de la derecha y la ultraderecha me da pereza». El presentador, irónico: «A cambio tienes libertad». Y ella: «La libertad es una farsa. La libertad es la forma de oprimir al pobre. La ley libera, la libertad oprime». O sea, libertad para qué, que decía Lenin. Solo le faltó a Leticia ponerse en pie, levantar el puño al mejor estilo podemita, y ponerse a cantar La Internacional en versión reguetón, pero ese perreo, cuentan las lenguas viperinas, lo reserva para cuando a la Academia del Cine se le ocurra invitar a Isabel Díaz Ayuso a la gala de los Goya para hacerle un escrache sanitario.

Añadió Leticia que «preferiría vivir en Barcelona», su ciudad natal, ese oasis de libertad donde muchos padres luchan por escolarizar a sus hijos en español y hay comisarios políticos vigilando los patios de los colegios por si los chavales gritan ¡fuera de juego! en vez de gritar ¡fora de joc! Pero, sí, que suenen inmediatamente las alarmas en la Puerta del Sol.

Desconozco en qué barrio de Madrid vive Leticia: debe de ser algo así como el Archipiélago Gulag de Solzhenitsyn o un gueto como el de Varsovia en la II Guerra Mundial que tanto Díaz Ayuso como José Luis Martínez Almeida desconocen. Cuidado, algo así puede perjudicar seriamente el prestigio de Madrid como ciudad abierta, libre y disfrutona.

Hay que eliminar esos focos ultraderechistas donde la libertad oprime y nombrar a Leticia Dolera directora del Teatro de la Zarzuela para que convierta «La Revoltosa» en «L’Estaca», de Lluis Llach, y «La verbena de la Paloma» en el musical «Solo sí es sí». Que sea feliz aquí, porfa.