El diario de Amilibia: ¡Esa obsesión, Óscar!

Según su terapeuta, la manía o la obsesión del Apolo de la Moncloa con Israel se originó por el espionaje de «Pegasus» (software israelí) que le causó tantos problemas. Psicólogos consultados por este bufón consideran que la obsesión de Óscar López con Isabel Díaz Ayuso es aún más grave. Cuentan que aprovecha hasta las bodas y las cenas familiares para embestir contra ella y su novio. Convocado al Senado por el caso Koldo, convirtió la sesión en un ataque a Ayuso y Alberto González Amador, sin venir a cuento. Le oyen cantar el bolero «Obsesión» por los pasillos de su ministerio: «Yo estoy obsesionado contigo/ y el mundo es testigo de mi frenesí/ y por más que se oponga el destino/ serás para mí…». En los escasos ratos libres que le deja su monomanía, lanza cuchillos contra una foto de Ayuso que tiene colgada en su despacho. David Broncano quiere que lo haga en su programa, en plan circense.

Lenguas viperinas apuntan que le hace vudú clavando alfileres a una muñeca con pelos auténticos de la presidenta de la Comunidad de Madrid, y añaden que ha encargado a sus asesores no cejar en la tarea de proporcionarle ideas para culpar a Isabel de todo lo que pasa. Ejemplos: Díaz Ayuso ha llenado el aeropuerto de Barajas de pobres sintecho y de chinches y piojos para enfangar a la oposición; causó en parte el apagón del 28-A para que su novio se forrara con la venta de pilas y linternas; se sospecha que su pareja capitanea a distancia la banda que roba el cobre de las catenarias del AVE… Óscar va al terapeuta como el Apolo de la Moncloa, y ya le ha insinuado que su ofuscación procede del bullying que le hizo en el cole una niña muy mala llamada Isabel. Le rompía las gafas, le pellizcaba fuerte y además le mangaba el bocata en el recreo. Revelador.