El diario de Amilibia: ¿Fuma Anabel Mateos?

También es mala suerte: nada más ser nombrada adjunta a la Secretaría de Organización del PSOE, el Servicio de Vigilancia Aduanera desarticulaba en la casa que Anabel Mateos posee en Roquetas de Mar (Almería) un taller clandestino de fabricación de tabaco ilegal, donde fue detenido el padre de la susodicha Anabel, ahora investigado por delitos de contrabando y contra la salud pública. Fabricaba cigarrillos y los introducía en paquetes falsificados de conocidas marcas. ¿Y por qué le investigan por un delito contra la salud pública, se preguntarán ustedes? El tabaco que vendía el padre de la adjunta contenía restos de excrementos de insectos y otras sustancias nocivas que no se especifican. En primer lugar, habrá que considerar al señor Mateos como un gran experto en sustancias tóxicas, porque añadir algunas nuevas y adictivas a las muchas que el tabaco ya lleva en su composición química parece operación muy compleja.

¿Y si el padre de Anabel fuera un científico, un inventor, que con el añadido de las cagadas de moscas, mosquitos, cucarachas, etc., tan solo pretendiera potenciar el sabor original de sus cigarrillos, haciéndolos especialmente apetecibles para amantes de sabores fuertes como la Marisú y Ábalos? Eso tiene su mercado, como la absenta entre los grandes bebedores. ¿Y si fuera un colaborador secreto de Mónica García en la campaña antitabaco mediante el contundente sistema de producir repugnancia y fuerte tos en el fumador para que así abandone el vicio rápidamente? Si además el tabaco del señor Mateos llevara hipotéticamente cagaditas de ratas, ¿cabe la posibilidad de que lo fabricara como mezcla ideal para los jóvenes drogatas que aspiran a alucinar con algo más fuerte que el simple porro? No sé si Anabel fuma, pero si papá le regalara por Navidad cartones de Camel o Marlboro, quizá tendría que rechazarlos. Algo muy duro para una hija.