Crónica
La "familia política" de Julián Muñoz, ausente en su último adiós: "No voy a gastar ni un minuto de mi tiempo en él"
Sus seres queridos no verán ondear la bandera a media asta. No tendrá el reconocimiento institucional de Marbella por sus asuntos políticos. LA RAZÓN habla con algunos nombres con los que compartió fila en el Ayuntamiento
«La muerte no santifica a personajes que en su vida no obraron con honestidad». Ese ha sido el opinar del pueblo de Marbella sobre el fallecimiento de Julián Muñoz. La muerte no indulta a nadie de nada, ni al hombre que, sentado en el trono de un Ayuntamiento, privó al municipio de 46 millones de euros de dinero público, según la Audiencia Nacional. Un montante pecuniario que sigue sin aparecer por ningún sitio a la hora de fallecer el ex munícipe y del que nunca quiso dar explicaciones. Los familiares del ex alcalde no verán ondear la bandera a media asta en ningún lugar de Marbella. Desde el mismo consistorio las autoridades municipales han dado el pésame a la familia, pero han comunicado oficialmente: «A nivel institucional y por coherencia de cómo se ha producido el tema político de Julián Muñoz no va a haber ningún acto institucional», así lo manifestó la alcaldesa Ángeles Muñoz personalmente. Y es que Julián Muñoz pasará a los anales de la historia, como el alcalde que dejo temblando las arcas municipales del Ayuntamiento de Marbella, metiendo el dinero negro en el hogar familiar en bolsas de basuras, según declaró textualmente y públicamente su propia mujer Mayte Zaldívar. Por todo ello le sentenciaron a 22 años de cárcel glosando el total de los delitos para cumplir condena. Apenas cumplió unos cuantos, aduciendo enfermedades de las que ninguna ha muerto.
Actor secundario
Uno de los políticos compañero de filas del Ayuntamiento de Marbella que le conocía a la perfección, significaba ayer a LA RAZÓN: «Fue un actor secundario. Siempre soñó con el Oscar pero que se quedó siempre a la sombra, un tipo que no entendió nunca que no fue nadie y que brilló siempre bajo los focos de otros: Jesús Gil, la Pantoja y, en los últimos días de su muerte, por Mayte Zaldívar y la pantomima de su boda».
Nadie en Marbella entendió ese afán de exposición pública constante en televisiones, vendiéndolo todo, hasta su más estricta intimidad. Hecho que no ha ocurrido con ningún compañero de filas de los condenados en Malaya, que mantuvieron un perfil bajo, tras destruir la economía del consistorio.
En el último adiós a Julián, no quiso faltar Marisol Yagüe, exalcaldesa de Marbella, que acudió al tanatorio junto a su hijo Alberto. No hizo declaraciones. Hace unos meses, la periodista que suscribe esta información se encontró a la ex política en un autobús y se encontraba deprimida: «Mi única ilusión es mi nieta y de verdad que vivo alejada de todo. Cumplí con la justicia y ya está». Otro de los personajes mediáticos que visitó en el hospital HC a Julián Muñoz estos últimos días, fue Pedro Villarejo (hermano del comisario) ya que Julián Muñoz entabló una amistad muy estrecha con él cuándo estuvo prestando su trabajo penitenciario para Cáritas, en la Iglesia Virgen Madre para justificar su tercer grado. También, Francisco Ortiz el hijo de Gunilla, se acercó a darle el pésame a Elia, de la que es amigo desde la niñez.
Junto a la familia que estuvo en pleno, en todo momento aparecía Fernando Marcos, la pareja «que nadie entiende» de Mayte Zaldívar. De hecho, todos los integrantes del romance vivían en la construcción ilegal del Banana Beach, frente al mar, una construcción que Julián Muñoz legalizó en zona verde en el 2002 y sobre la que pesa una orden de demolición por parte del Tribunal Supremo, que ordenó derribar los tres bloques ilegales. Sus restos descansan ya en San Bernabé, de la Marbella que gobernó durante un tiempo en que se hizo tristemente famosa.
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