
Entrevista
Los hermanos Calatrava: "Ahora hay mucha más censura que en la época de Franco"
La míticos hermanos hablan con LA RAZÓN y explican su retirada y desgranan su trayectoria vital

Setenta años haciendo reír al público español les contemplan. A los populares hermanos Calatrava, Manolo «El guapo» (85) y Paco «El feo» (81), les retiró la pandemia, y viven una existencia tranquila en Cataluña. La gente les para por la calle y les preguntan si la retirada es definitiva, porque su adiós no ha borrado el cariño del público. Supieron convertir en arte las parodias y las versiones que hacían de canciones famosas. En eso eran únicos.
Fue una retirada forzosa...
Manolo: Seguíamos haciendo actuaciones hasta hace apenas tres años. Y nos siguen llamando, pero mi hermano Paco ya no quiere volver. Está muy desganado y se encuentra algo pachucho, lleva la edad peor que yo.
¿Qué les une y que les separa?
M.: Nos llevamos muy bien, pero nos separa el carácter porque el de Paco es más agresivo que el mío. No le gusta dar su brazo a torcer, quiere tener la razón siempre, es muy cabezón.
¿Y eso no conlleva crisis profesionales?
P: Uno tiene que ceder siempre por el bien de los dos, y seguir juntos toda la vida.
M.: El que siempre cede soy yo.
Los recuerdos de la infancia en tierras extremeñas son dulces.
P.: Jugábamos en la calle con unos amigos que se convirtieron en «Los Chunguitos». También, era vecino Porrinas de Badajoz…
¿Cuándo se dieron cuenta de que querían ser artistas?
M.: Cantábamos muy bien desde pequeños, yo era el solista del coro de mi colegio, y Paco afinaba bien. Nos apuntamos a un centro de los jesuitas y entonábamos temas religiosos. Y la primera actuación fue en un programa de radio del mítico Bobby Deglane. Yo tenía doce años y mi hermano, nueve.

Una afonía de Paco les cambió la vida..
M.: Estábamos en un programa de radio en directo y Paco se quedó afónico. Se puso a gesticular y la gente se mondaba de risa. Nos dimos cuenta de que formar una pareja cómica podía convertirse en un buen reclamo y nos empezó a funcionar muy bien. Paco tiene una mímica increíble, exagera muy bien los gestos, y los empresarios estaban encantados con nosotros.
¿A su hermano le molesta el mote del feo?
M.: Nunca le ha molestado.
P.: Es que ligaba más que Manolo y con chicas bien guapas. Les caía muy bien, porque era detallista.
Le confundían con Mick Jagger.
P.: Sí. En un programa de televisión me hice pasar por él y el público se lo creyó. Y otra vez me disfracé de Mick en un programa de Buenafuente y fue todo un éxito.
Sabían burlar a la censura franquista.
M.: Hacíamos parodias de canciones de Serrat o de Aute que a ellos les censuraban. Pero le digo una cosa, ahora hay más censura que con Franco. Depende donde actúes tienes que tener mucho cuidado al decir las cosas. Si en el lugar gobiernan los socialistas, no puedes meterte con ellos y viceversa.
Fue concejal por el PSOE en una localidad catalana.
M.: Aquello era un cachondeo, a los tres años me sentía desilusionado y cabreado y me pasé al Grupo Mixto. Como era yo solo, podía hacer lo que quisiera y estaba más feliz.
Julio Iglesias no se portó bien con ustedes…
M.: Le llamé un día para contarle que tuviera cuidado con un empresario que daba cheques sin fondos. Se puso al teléfono otra persona y me dijo que Julio estaba muy ocupado y que llamara otro día. Pues, mire, fue a actuar y no le pagaron.
El mundo de los humoristas ha cambiado mucho...
M.: En la Democracia se puede decir de todo. Ahora, los que no tienen recursos para hacer reír, se apoyan en un lenguaje de mal gusto. Actualmente, solo hay dos humoristas que me gustan: Jaimito Borromeo y el señor Barragán.
¿Setenta años trabajando dan para tener buenos ahorros?
M.: No se crea. Nosotros vivimos gracias a una pensión de ochocientos y pico euros y a alguna ayuda de AISGE y de la Sociedad General de Autores. Gracias a Dios no nos falta para comer.
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