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Entrevista

Ivonne Reyes: «He pagado y sigo pagando a Hacienda. No soy una morosa»

La venezolana habla con LA RAZÓN de sus errores, cómo está finiquitando sus deudas, sus ilusiones y el gran apoyo de sus hijo

Ivonne Reyes Gtres

Protagonista del papel couché en las últimas semanas al atravesar un duro bache económico que ha desencadenado una depresión, Ivonne Reyes (Venezuela, 1967) reaparece con fuerza, renovada y con ganas de seguir trabajando para hacerle frente a su agridulce realidad. Actriz, presentadora y modelo, su carisma y versatilidad la han mantenido en pie a lo largo de los años. Desde sus inicios en Venezuela hasta conquistar el corazón español, Ivonne ha sabido reinventarse. Fue una de las personas que más éxito cosechó en la televisión de España en los años noventa y, cuando los focos se apagaron, emprendió un camino que no ha estado exento de baches y de aprendizajes. Afortunadamente, cuenta con el apoyo incondicional de su hijo Alejandro, su bastión. De todo habla ahora en exclusiva con LA RAZÓN, sin ocultar la mala situación personal y económica que ha pasado y cómo encara esta nueva etapa.

Ivonne, empieza desde cero y también con un nuevo número de teléfono...

Es muy gracioso, porque mi número anterior le tocó a una persona a la que le empezaron a escribir preguntando por mí y ella me empezó a mandar lo que la gente le decía. Ella, muy discreta, me ha propuesto ser mi secretaría y todo (risas). Al final, ha resultado ser una persona de mi confianza y hemos acabado siendo amigas.

¿Nuevos proyectos e ilusiones?

He vuelto con mi pódcast, «La mirada de Ivonne». En él estoy contando todo lo que no he podido hablar y comentar en televisión porque no hay espacio ni tiempo. Traeré invitados y profesionales para que todos puedan saber cómo intentar salir de una depresión, o si tienes problemas económicos... y que no hay ningún problema en estar fuerte por el mundo o en decir que no puedes más. En mi caso, he tenido la suerte de estar bien rodeada, tanto personal como profesionalmente, e intento cuidarme tanto a nivel de salud mental como físicamente.

Entre esos apoyos, imagino que no le puede faltar el de su hijo, Alejandro.

Nosotros somos un equipo de verdad. De hecho, él, cada vez que puede, lleva la parte de producción y dirección de mi pódcast y más adelante le entrevistaré. Eso será cuando se estrene una película que hizo con la productora de «Crepúsculo».

¡Qué orgullo!

Sí, ya casi tiene un pie en Hollywood. Así que, cuando salga esa película, le llevaré al pódcast para que me hable de cómo lo ha hecho. Es muy tranquilo. Sobre todo, discreto y no se sabe mucho de él. Lo suyo es una carrera de fondo.

¿Cómo gestiona que se le cuestione por cualquier cosa que haga después de haber confesado sus problemas económicos?

Pues es algo que entiendo perfectamente. Llevo treinta y cuatro años en España y he hecho más de cincuenta programas de televisión, series películas, teatros y de todo. Es por eso que tengo la fortuna de que me inviten a comer, a cenar o me pongan los taxis. Yo no tengo la culpa de eso y de que las cámaras me graben.

¿Cuál sería la palabra?

No estoy bien de dinero, o sea, no estoy en mi mejor momento económicamente porque no he sabido gestionarlo. Esta no ha sido la primera vez que he pasado por una racha tan mala, lo que pasa que no siempre lo he compartido. En este caso sí lo he hecho, porque es una manera de mostrar que también las «superwoman» se rompen y les pasan cosas, y que de vivir de lujo puedes pasar a perderlo todo. Desde que murió mi hermano, mi novio de por aquel entonces o mi madre, es raro que hayan visto muchas imágenes de mí estando destruida porque siempre intento estar bien, arreglada y de tirar para adelante. Eso para mí es una terapia.

Sigue viviendo en Madrid, ¿no?

Adoro esta ciudad. Y no estoy viviendo en la calle ni nada por el estilo. Pago un piso de alquiler y no me cuesta nada decirlo. También quiero aclarar que he pagado y sigo pagando a Hacienda. Algunas personas me han llegado a llamar morosa sin tener ni idea de nada. Afronto mis deudas y cumplo mis calendarios de pagos.

La Ley de Segunda Oportunidad ha sido una tabla de salvación para usted...

Sí, porque han visto en mí un acto de buena fe a la hora de pagar. O sea, yo no puedo tener nada, absolutamente nada por ningún sitio. Va casi todo para ellos, menos lo mínimo que necesito yo para comer. Yo he llegado a tener una deuda grandísima con Hacienda y he tenido que pagar unos intereses muy elevados. He pagado en intereses mucho más de lo que tiene que pagar un ciudadano al uso. Tuve que vender mis propiedades para pagar todo aquello, pero vamos... que yo no perdí mi dinero de la noche a la mañana. Ha sido un proceso doloroso.