
Un año más
Leticia Sabater vuelve a “salvar” la Navidad con su villancico más delirante: un reguetón llamado La conejita de Papá Noel
La artista inaugura oficialmente la temporada festiva con un videoclip imposible, letras sin filtros y la promesa de que "lo bailéis a saco en todas las partys"...

En España hay dos maneras de saber que llega la Navidad: cuando aparece el primer anuncio de turrón y cuando Leticia Sabater decide -una vez más- redefinir los límites del villancico tradicional. Desde hace siete años, la artista ha convertido en ritual el lanzamiento de una canción navideña que compite consigo misma en extravagancia. Y 2025 no es la excepción. Este lunes, 17 de noviembre, Sabater presentó La conejita de Papá Noel, un reguetón "marca de la casa" en el que, fiel a su estilo, las metáforas no buscan sutileza, sino efecto inmediato.
A sus 59 años, Leticia no pretende reinventarse: pretende superarse, y en ese terreno es imbatible. Como heredera de títulos ya históricos -El Polvorrón, Trínchame el pavo, Papa Noel, you are the only want, Esta Navidad me comeré un pibón o El langostino Rufino-, su nuevo villancico vuelve a demostrar que la frontera entre humor involuntario y performance autoconsciente es un paisaje que ella domina con soltura.
Aviso parental
"Para mis fans y seguidores in the World! Ya es Navidad!", proclama en Instagram junto al videoclip, una pieza audiovisual que desafía cualquier descripción y que, como siempre, parece diseñada para activar tanto la nostalgia como la incredulidad. Sabater invita a "cantarlo y bailarlo a saco en todas las partys", advertencia que funciona también como aviso parental.
La letra, fiel a su tradición literaria, no pierde un solo segundo en preámbulos. Arranca con un verso que podría sonrojar incluso a los responsables del Ministerio de Cultura:
«Le pedí a Papá Noel / Le pedí a los Reyes Magos / Que solo quiero un regalo / Que me traigan un buen rabo».
Por si alguien se escandaliza, la cantante corrige al vuelo: «De conejita, no seas mal pensado». Metáfora, sí; sutil, jamás.
El estribillo continúa en la misma línea, con entusiasmo coreográfico:
«Ponme el rabo atrás / Ponme bien el rabito / Que si te doy un buen meneo / El rabo esté bien pegadito».
Y el final, como ya es tradición, sube la temperatura: «Deja la zambomba / Yo soy tu bombón / Un perreo juntos / Y un beat muy cabrón».
El videoclip que acompaña la canción parece grabado bajo la premisa de que el presupuesto no debe interferir con el arte. Efectos de otra era, iluminación errante y una estética entre camp y doméstica dan forma al universo navideño de Sabater. Lo sorprendente, sin embargo, no es la producción, sino la cantidad de fans que se disputan aparecer en sus vídeos. Será el espíritu navideño, será la fascinación colectiva ante lo improbable, o será Leticia Sabater haciendo lo que mejor sabe: recordarnos que, para bien o para mal, la Navidad también es un estado mental.
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