Momentos complicados

Pepa Flores celebra su 76 cumpleaños desde el drama más doloroso

La sonrisa eterna de la niña Marisol ha dado paso a una soledad no asumida. Esconde su pena entre su piso de la capital y su propiedad de la Axarquia malagueña

Más de tres décadas separan una imagen de la otra. A la izda., Pepa Flores en la actualidad y a la dcha., Marisol en una de sus películas
Más de tres décadas separan una imagen de la otra. A la izda., Pepa Flores en la actualidad y a la dcha., Marisol en una de sus películaslarazon

Este es un cumpleaños infeliz. Pepa Flores celebra, si se puede llamar así, los 76 marcada por el doloroso recuerdo de la muerte de su marido el pasado mes de septiembre. Massimo Stecchinni dejaba “huérfana” de ilusiones a la antaño Marisol tras más de tres décadas de una unión en el que el amor y la discreción fueron la base esencial de una vida inmensamente feliz.

A Pepa apenas se la ve con su perro por el paseo marítimo de Málaga, esconde su pena entre su piso de la capital y su propiedad de la Axarquia malagueña, donde cuida de su huerto y sus animales. Son sus hijas las que intentan animarla y las que este domingo, feliz por un lado, trágico por el otro, arroparán a su madre para que pase unos momentos en familia, dejando a un lado, cosa harto difícil, el dolor.

La sonrisa eterna de la niña Marisol ha dado paso a una soledad no asumida. Massimo se fue de este mundo con apenas sesenta y tres años víctima de un infarto. Y Pepa le lloró en silencio ahogada por un dolor indescriptible. Era su gran amor, si, pero también su confidente, amigo y compañero de vida. Todo ello se rompió en un instante. El corazón dijo basta y, con ello, la muerte se llevaba a un hombre que supo entender perfectamente que Pepa ya no era la mediática Marisol.

La cantante con Massimo Stecchini
La cantante con Massimo StecchiniKMJ/KMAGTRES

En el paseo de la Farola todos conocen a su vecina más famosa. Es una más entre los habitantes de la zona, la saludan con cariño y comparten con ella las visitas al supermercado, respetando sus silencios. Ella eligió el anonimato sin renegar de una dama que le llegó cuando era una niña.

Curiosamente, su primer contacto con Massimo se produjo cuando este era un bebé, y existe una fotografía en la que se ve a la que sería su mujer, mayor que el, cogiéndole en sus brazos. Era un presagio de lo que vendría muchos años después. El destino es sabio y les guardaba una vida en común. Pero la popular Marisol se quedó en el camino, y se despidió del mundo artístico a finales de los ochenta tras protagonizar la película “Caso cerrado”.

Desde entonces ni tan siquiera la hemos visto en los homenajes y actos sociales en su honor. Excusó su presencia en los Goya, cuando la galardonaron con un premio a toda su carrera, en la entrega de la medalla de honor del Círculo de Escritores o cuando la nombraron Hija Predilecta de Málaga. Solamente la vimos en la inauguración de una exposición fotográfica de una de sus hijas. Sus tres “niñas’ son hoy su razón de vida. Y sus dos nietos, a los que adora. Dicen que es una madre y abuela ejemplar, que su mayor ilusión es disfrutar de largas veladas familiares. La armonía, por dentro y por fuera. Qué pena que Massimo no pueda disfrutarla ya a su lado.