Lamine Yamal ya saborea las mieles de su mayoría de edad. Aunque le queda una semana para cumplir los 18 años, el joven prodigio del fútbol español ha querido adelantarse celebrando un «precumpleaños» por todo lo alto en Marbella. No le ha faltado absolutamente nada: jet privado, sus inseparables «broders», cenas en restaurantes de lujo, una villa en la exclusiva zona de Río Real, fiestas privadas en discotecas con cierre exclusivo para él y los suyos, y como broche de oro, un concierto estelar con Rema, uno de sus artistas favoritos del momento.

Una fiesta blindada

Todo estuvo medido, controlado al milímetro y sin margen para la improvisación. Esta visita, mucho más cuidada que la que realizó el verano anterior, buscaba una cosa: preservar la privacidad de Lamine. Nada de selfies con fans, ni fotos con empresarios o restauradores, aunque algunos de ellos se lo pidieran con insistencia. Su representante, siempre ojo avizor, se encargó de mantenerlo en un cerco hermético para evitar cualquier fuga de imagen. Una estrategia que cambiará, quizá, cuando el próximo sábado 13 de julio el futbolista cumpla oficialmente la mayoría de edad y tome las riendas totales de su agenda y de sus decisiones.

El viaje ha sido, en esencia, una repetición mejorada de la escapada del año anterior, cuando llegó a Marbella como flamante campeón de Europa junto a su compañero Nico Williams. En esta ocasión, el alojamiento elegido volvió a ser una espectacular villa en Río Real, justo en la zona donde se levantará el futuro Four Seasons. Desde allí, Yamal planificó su ruta gastronómica y social con paradas ya clásicas, como el Mosh Fun Kitchen, uno de los lugares favoritos del mismísimo Erling Haaland. No es casualidad: Lamine ha confesado en varias ocasiones ser un «súper fan» del delantero noruego, otro enamorado de Marbella desde su infancia. La buena relación que ambos jugadores mantienen con los dueños del restaurante facilita estas visitas discretas, pero en esta ocasión, Yamal evitó incluso la foto de rigor con el propietario, que normalmente aparece en instantáneas junto a famosos como Haaland o Joaquín Sánchez.

El menú elegido fue, según se ha sabido, «saludable y muy nutritivo», en línea con los hábitos de un deportista de élite que, incluso en plena celebración, no pierde de vista sus compromisos físicos. «Venga chicos, por todo lo alto. No todos los meses se cumplen 18 años, así que este mes va a ser mi súper fiesta», les dijo a sus amigos con energía, marcando el tono de unas vacaciones donde el lujo y la discreción iban de la mano.

La jornada siguiente incluyó un paseo en yate por la costa marbellí, cócteles y relax en el exclusivo club Nao, un beach club dirigido por el hijo de la legendaria Olivia Valère. Este rincón, cada vez más popular entre la «gente guapa» y la aristocracia nacional, pronto se transformará en un hotel de lujo en Nueva Andalucía, pero mientras tanto funciona como uno de los enclaves de moda donde camas balinesas, piscina, buena música y privacidad garantizada son el combo perfecto para una celebración digna de estrella del fútbol.

Después de un día de sol y relax, tocaba encender la noche. La «pre-fiesta» oficial tuvo lugar en Xcess, la discoteca más en boga del grupo Costa Este, situada en pleno corazón de Puerto Banús. El local, dirigido por Javier Calle, rostro habitual entre la aristocracia madrileña y marbellí (amigo personal de Froilán y Victoria Federica), se cerró exclusivamente para el grupo de Lamine. Solo un puñado de invitados pudieron acceder a esta fiesta donde la música estuvo a cargo de DJs internacionales. Nada de alcohol, eso sí: tanto el futbolista como la mayoría de sus amigos son menores de edad, y el entorno del jugador quiso evitar cualquier resbalón o escándalo mediático.

A la entrada, todo estaba blindado. Lamine llegó por la parte trasera del club, evitando cualquier posibilidad de ser captado por los paparazzis o curiosos. Dentro, se había prohibido expresamente el uso de teléfonos móviles. Cada movimiento era supervisado por su representante, el mismo «coach» que ha trabajado con figuras como Cristiano Ronaldo, y que lo acompañó durante toda la estancia. Su misión: garantizar que nada de lo vivido acabe en redes.

El momento más esperado llegó con la actuación de Rema. Si el verano pasado Lamine había elegido Starlite para disfrutar de Aitana, este año cambió el rumbo hacia Fitz, la discoteca donde pincha Borja, pareja de Victoria Federica, para escuchar al artista nigeriano que le tiene fascinado. Rema, convertido en un fenómeno global con hits como «Calm Down», «Heis» o «Ozeba», se convirtió en el regalo anticipado más especial del cumpleañero. Lamine no paró de corear sus letras, sin la presión de los focos.

Barcelona a tope

Este concierto fue solo el preludio de lo que se avecina en Barcelona el próximo sábado 12, donde tendrá lugar la celebración oficial de su 18 cumpleaños. Se rumorea que asistirá Speed, el youtuber estadounidense que se ha convertido en uno de los creadores de contenido más influyentes y polémicos del mundo, idolatrado por Yamal. Será una fiesta aún más deslumbrante que la de Marbella, pensada al detalle por y para el nuevo niño mimado del balón. Lamine Yamal ya no es solo una joven promesa. Es un icono generacional que combina talento, carisma y una precisión quirúrgica a la hora de gestionar su imagen. Su «precumpleaños» ha sido una declaración de intenciones: lujo, selección, privacidad y una madurez que parece anticiparse a su edad. A sus casi 18, ya sabe lo que es vivir como un rey en estos tiempos de ostentación millonaria. Ahora, le toca demostrar que también puede reinar en el terreno de juego.