Entrevista
Quitamos la toga a Juango Ospina: al abogado del momento más allá del derecho
El letrado se ha hecho popular por el caso de Daniel Sancho y se sincera en LA RAZÓN sobre su lado más personal, su familia y aficiones
Frente al hermetismo y la protección con la que contó durante su juicio Daniel Sancho, de quien no trascendió una sola imagen a lo largo del proceso –más allá de la de sus pies engrilletados–, los abogados que han formado parte del caso han sido los grandes protagonistas a la hora de ilustrar la última hora que llegaba desde Tailandia. Carmen Balfagón, Marcos García-Montes o los letrados locales con nombres impronunciables acapararon los flashes de los fotógrafos desplazados hacia el archipiélago asiático, aunque ha sido un atractivo compañero –con permiso de los «guaperas» oficiales del caso, Daniel y su padre Rodolfo– quien ha despertado mayor interés entre los que han seguido esta visceral –en todos sus sentidos– trama.
Se trata de Juan Gonzalo Ospina Serrano, «Juango» para los amigos. El abogado penalista, licenciado también en Ciencias Políticas, se erigió como el defensor de la familia de Edwin Arrieta ante una situación que él y su equipo consideraron injusta, y ha hecho las veces de portavoz de la acusación en diferentes programas de televisión, revistas o diarios, incluido este. Este nivel de exposición le ha convertido en uno de los letrados del momento, hasta el punto de superar en sus redes sociales la barrera de los 40.000 seguidores.
«Yo simplemente soy un abogado más que desarrolla su trabajo con seriedad e intentándolo hacer cada día mejor. Me remito a la cita de que ‘‘toda gloria humana es efímera’’, así que hay que tener los pies en la tierra siempre, y mi crecimiento en las redes lo recibo solo con gratitud y responsabilidad», expone con humildad a quien esto escribe.
Juango profesa un profundo respeto a su profesión, la misma que ahora le ha hecho conocido entre la opinión pública pero en la que destaca desde hace mucho más tiempo. En el mundo jurídico y del derecho es toda una entidad y en su currículum cuenta con destacados hitos, como haber ganado su primer recurso de casación en el Tribunal Supremo con solo 32 años o haber sido el diputado más joven de la Junta de Gobierno del Colegio de la Abogacía de Madrid. Proezas que le han llevado a dirigir su propio despacho, Ospina Abogados, que ha experimentado en 2023 un incremento del 17 % en sus expedientes, con varias causas destacadas tanto en la Audiencia Nacional como en penal internacional.
Padre de familia
Pero por más pasión que sienta por su profesión, Ospina tiene muy claras sus prioridades y lo primero para él es su familia. Desde hace 20 años comparte su vida con Blanca, su mujer, con la que se casó en 2016 en Hondarribia, una tierra especial para ella porque allí se encuentran las raíces de su familia. De hecho, Martina, la primera hija del matrimonio, también nació en tierras vascas y Juango presume orgulloso de que su hija mayor «es donostiarra». Aunque le hubiera encantado que las otras dos también lo fueran, Candela, la mediana, «nació en plena pandemia» y llegó al mundo en Madrid, igual que la pequeña, Loreto, de quien comparte una divertida anécdota: «Es un día que no olvidaré, porque estaba a punto de irme a Murcia para comunicar a un cliente que había salido una sentencia, pero me llamó mi mujer y me dijo que estaba de parto, así que me tuve que volver con la moto».
Un gesto que reafirma su filosofía de «la familia primero» y que aplica sobre todo cuando se desprende de la toga. «Los fines de semana son sagrados para estar con las niñas y la familia. Me gusta despertarme con las niñas para que mi mujer duerma un poco más y aprovechamos los sábados y domingos para hacer alguna actividad, como ir a ver a los abuelos, montar en pony o cualquier otra cosa al aire libre. Cuando hay mal tiempo solemos ir a un cine de niños, donde pueden disfrutar en la zona de juegos», explica a LA RAZÓN. Incluso en su día a día intenta dar a sus hijas el lugar que corresponde y hace todo tipo de malabares para cuadrar horarios. «Si estoy en Madrid las llevo al colegio, eso es intocable. También intento llegar pronto a casa después de trabajar para pasar tiempo con ellas antes de que se duerman. Son un regalo para mí, son muy amorosas y me tienen totalmente enamorado», cuenta Ospina a este periódico.
Con el verano a la vuelta de la esquina, Juango ya se prepara para sus planes favoritos en familia. La tierra de su mujer «es sagrada» y siempre pasan parte de la época estival en Hondarribia, en cuyas playas kilométricas Ospina da rienda suelta a una de sus actividades deportivas favoritas: el surf.
El resto de la canícula se desplazan hasta [[LINK:INTERNO|||Article|||634f0f94e642b0e46a7ec4cc|||Sotogrande, una zona –reconoce el abogado– «algo pija»]] en la que puede disfrutar de otro de sus pasatiempos favoritos: «Me encanta el mar, me encanta la energía que transmite y disfruto mucho de salir a navegar con las niñas. Me gusta sentir el viento en la cara, esa sensación de libertad. Ver el atardecer en el mar es un placer que disfruto mucho».
Su mujer, su gran apoyo
Uno de los pilares fundamentales de su vida es su mujer, Blanca, con la que lleva más de 20 años juntos. Se casaron en 2016 y han formado una feliz familia numerosa. «Feliz, sonriente y agradecido», recuerda del día de sus nupcias en el que pudo sentir «el calor de la familia, de los amigos, y la complicidad con la mejor novia del mundo».
Ospina demuestra lo orgulloso que está de todas las mujeres de su vida en sus redes sociales, donde aprovecha cualquier ocasión especial para enviarles un mensaje público de amor. «El éxito no te lo da ganar o perder casos, tampoco te lo da tener una buena o mala facturación. El único éxito es tener clara la razón por la que vivir. Yo por suerte, hace 20 años la encontré», dijo en su último aniversario de novios. «Con ella todo es más fácil», resume, tan enamorado de Blanca como el primer día.
Amigos conocidos
Más allá de su familia, a la que otorga un papel central en su vida, a Juango también le gusta pasar tiempo con sus amigos. Algunos de los que conforman su núcleo más cercano son de sobra conocidos para la opinión pública, como es el caso del diseñador Lorenzo Caprile, a quien conoció a través del político Iñaki Oyarzábal, exdiputado del parlamento vasco por el Partido Popular. «Les tengo un gran cariño y estima. Lorenzo tiene un corazón enorme y en los momentos más complicados que he tenido en mi vida ha estado ahí. Le tengo un aprecio bastante importante. Los dos son personas amuy estrecha, y les agradezco que su experiencia y reputación hayan apostado por mí. Eso nunca lo olvidaré», desliza emocionado.
Otros nombres VIP a los que Ospina guarda tamaña estima son Carmen Lomana, el padre Ángel «que me hace llegar siempre muchos mensajes de cariño», y Rafael Catalá, quien fuera ministro de Justicia entre septiembre de 2014 y junio de 2018. Quiere destacar a Francisco Marhuenda, el director de este periódico.
Subraya asimismo su estrecho vínculo con Íñigo Onieva, esposo de Tamara Falcó. De hecho, tal y como reveló a través de sus redes sociales, Ospina y su mujer fueron testigos del amor que la marquesa de Griñón y su marido se juraron el día de su boda, el pasado 9 de julio. «Gracias por habernos hecho sentir tan especiales, estando a vuestro lado, en un fin de semana inolvidable», escribió el abogado en su cuenta de Instagram.
Sus encuentros con don Felipe VI
«He tenido la suerte y el privilegio de poder conocer a Su Majestad en Zarzuela. En la primera, yo era vicepresidente de una asociación de la sociedad civil y recibió a la Junta Directiva. Yo acababa de llegar del funeral de mi abuelo, embajador de Colombia en Alemania. En el funeral pude hablar con Belisario Betancur, expresidente de Colombia, que fue profesor de Felipe VI. Cuando vi a Don Felipe le comenté que había estado con Belisario, y Su Majestad me preguntó entusiasmado por él. ‘‘Me acuerdo perfectamente de él’’, me dijo. Lo gracioso es que varios días después, como miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Madrid, volvió a recibirme. Cuando llegué a Zarzuela, el personal de protocolo bromeaba: ‘‘Ospina, ¿usted otra vez por aquí?’’. También he estado con él en Nueva York. Siempre valoraré absolutamente su trabajo», relata Juango.
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