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Entrevista

Rappel: "A Franco se le saltaron las lágrimas cuando le hablé de la enfermedad de su nieto Francis"

El vidente habla de su pasado como modisto y relaciones públicas, de sus clientas más famosas y anécdotas con las altas esferas. También de sus dramas y alegrías personales

Rappel Gtres

La vida de Rafael Paya Pinilla (1945), conocido popularmente como Rappel, es un cúmulo de grandes experiencias. Modisto, relaciones públicas, vidente… refleja en sus memorias, “Mi futuro ya es ayer”, un sinfín de episodios en los que aparecen personajes tan importantes como La Pasionaria, Francisco Franco, Nini Montian, Lola Flores, Cristóbal Balenciaga, Carmina Ordóñez, Elisabeth Taylor o la princesa Soraya.


- ¿Cuándo descubrió sus dotes de videncia?


- Cuando era un niño me di cuenta de que tenía ciertos poderes. Un día, en el colegio, vaticiné al empollón de la clase que iba a suspender un examen de Matemáticas. Se rieron de mí pero se cumplió lo que dije. Me di cuenta de que me gustaba mucho ese mundo y empecé a indagar… A mi madre no le gustaba que lo hiciera y me decía que lo que tenía que hacer era estudiar. Pero iba a escondidas a la consulta de un gran vidente, José María Martínez Pardo, que luego me presentó al gran Marqués de Araciel, todo un icono del sector. Y me enganché…


- Pero antes encontramos al Rappel enamorado del mundo de la moda.


- Mi familia tenía una tienda de telas en Madrid, y una de sombreros en Valladolid, y mi abuelo era íntimo amigo del diseñador Cristóbal Balenciaga. Una de nuestras clientas era Nini Montian, mujer muy influyente y amiga de las mayores personalidades de la época. Fue mi hada madrina. Y era íntima amiga del general Franco y de su esposa Carmen. Nos trajo a la tienda de telas a “La Franca”, como ella la llamaba, y a todas las esposas de los miembros del Gobierno, y mi familia ganó mucho dinero. Doña Carmen fue la madrina de la inauguración de nuestra nueva tienda.

Rappel en una imagen de archivoGtres


- Balenciaga le ayudó al enterarse de que quería ser modisto…


- Me llevó a su taller de la madrileña calle Gran Vía para que aprendiera la profesión. Allí conocí a personalidades como Ava Gardner, a la que vi casi desnuda en el probador.


- Su maestro les invitaba a sus desfiles de París. Y les presentó a la mismísima Coco Chanel.


- Era una mujer extraordinaria. Tengo una anécdota muy graciosa de un día que nos invitó a comer una paella en su casa, pero estaba tan mala que nos fuimos a un restaurante. También conocí a Elisabeth Taylor y Richard Burton. Ella me dijo que me visitaría en mi taller en Madrid, porque yo ya lo tenía montado, pero nunca cumplió su promesa.


- Por aquel entonces echaba las cartas y leía las manos…


- Pero era por diversión, no profesionalmente. Por mediación de Nini se las leí a doña Carmen Polo…


- Tenía fama de mala pagadora.


- Lo de las manos no se lo cobré, pero sí que me pagaba los vestidos que me encargaba. Pero lo hacía en dos veces. Un día, Nini me contó que Franco deseaba que le echara las cartas y nos fuimos al Pardo. Él me dijo que no le hablara del pasado, sino del futuro, sobre todo de lo que le iba a deparar a sus nietos mayores, a Carmen y a Francis. A la primera la definió como una “rata” traviesa y divertida, y al segundo como un chico maravilloso. Cuando le conté que Francis tenía ciertos problemas físicos que a él le tenían muy preocupado, se le saltaron las lágrimas. Sobre Carmen le vaticiné que se casaría más de una vez y se echó a reír y comentó “no me espero menos”.

Rappel junto a Bárbara ReyGtres


- Del franquismo al comunismo. ¿Cómo surgió su visita a La Pasionaria?


- Ella me escuchaba en mi programa de radio y solicitó que nos presentaran. Fui a su casa y le dije que tenía una pena muy grande por algo que le había ocurrido en su vida a un hombre cuyo nombre empezaba por erre. Me agarro la mano y empezó a besarla, y me confesó que su hijo Rubén había muerto en un combate durante la Segunda Guerra Mundial. Se le nubló el rostro por las lágrimas…


- Su vida personal avanza, se casa con Luisa Chaverri y se convierte en padre de cuatro hijos.


- Cuando nació uno de ellos vaticiné que iba a morir muy pronto, y, desgraciadamente, así ocurrió, porque falleció con tan solo once meses de vida por un problema cerebral que se complicó por una neumonía. No he llorado más en mi vida. Era mi segundo hijo. Ahora estoy muy unido a los otros tres, Susana, Rafael y Tatiana.


- Ese trágico suceso le impulsó a meterse de lleno en el mundo de la videncia.


- Sí. Poco a poco empecé a dejar la moda, me metí a relaciones públicas del Florida Park y comencé a dedicarme de lleno a la videncia. Y me fue muy bien. Tenía en mi agenda citas para leer las cartas durante los tres años siguientes. Entre mis clientas estaban Lola Flores, Carmen Sevilla, Estrellita Castro, Tita Cervera… muchas me llamaban cariñosamente Rappelito.


- Hábleme de Luisa y de cómo se lleva con ella tras separarse en 1987.


- Es maravillosa, una gran madre y una gran mujer. Nos llevamos muy bien y yo la ayudo en lo que necesite, y nos tenemos un cariño muy grande.


- ¿Qué hacen sus hijos?


- Rafael estudió Derecho y Periodismo y trabaja en el diario As, en el caso de una de mis hijas aprendió a leer el tarot y la baraja española, pero lo dejó e hizo la carrera de Dirección y Administración de Empresas, y la otra la de Farmacia y la de Historia.

Rappel de niño junto a su abuelo -amigo de Balenciaga- su padre y su tío en el taller de telas que tenía la familia en Madrid. Imagen cedida del álbum familiar.RappelRappel


- La llegada a su vida de José María, su hoy marido, le cambió radicalmente la existencia.


- Yo estaba todavía casado con Luisa, y José María vino un día a mi consulta y pensé, que hombre tan guapo. Algo se revolvió en mi interior. Era la primera vez que me gustaba un hombre. Me atraía muchísimo. Con el paso del tiempo nos fuimos conociendo y acabamos juntos, Me separé de mi mujer y hace diez años me casé con mi actual pareja. Además de guapo es muy inteligente, es tasador de arte, y nos complementamos muy bien. Llevamos treinta y nueve años juntos.


- ¿Cómo reaccionó su esposa al saber que la dejaba por un hombre?


- Se lo puede imaginar, pero pasó lo que tenía que pasar. Gracias a Dios, como te digo, nos llevamos muy bien. Dios ha puesto en mi vida un hombre que me cuida, me quiere, me atiende… Sin él no soy nada. Quiero tenerle a mi lado hasta el último día de mi vida.