
Triste adiós
Mi última cena con Francisco de Borbón: "El duque que quería vivir 120 años"
Hace tan solo unos meses coincidimos en Trocadero Estepona y hablamos precisamente de la vida y la muerte. Tenía la firme intención de superar el siglo

Francisco de Borbón, V duque de Sevilla, era de los que pensaba que es más fácil soportar la muerte sin pensar en ella, que soportar el pensamiento de que puede llegar en cualquier momento, y no centrarte en vivir. El aristócrata estaba lleno de energía, hace solo unos meses asistía en Trocadero Estepona al Encuentro del libro, “Guía para vivir sanos 120 años”, de su amigo Manuel de la Peña, el duque nos comentaba a este periódico que: “Me veo preparado para vivir esos años y muchos más”. El noble estaba en forma, pero a veces la tristeza toma forma de cizalla y se ceba en los más fuertes.
La muerte de su hermano Alfonso de Borbón hace 10 días le sesgo el ánimo y le lleno de nostalgia. Como nos dice su cardiólogo: “Paco estaba sanísimo, me llamaba cada semana con mucho ánimo, pero el síndrome del corazón roto por la muerte repentina de su hermano, le produjo un tremendo estrés”. Sobre el ya pesaban otras perdidas tremendamente significativas en su vida como la de su hija Cristina o la de la madre de sus hijos Beatriz de Borbón. Y esta vez la parca, se asomó de soslayo, sin que Olivia, a la que le corresponde heredar el ducado de Sevilla, le soltase de la mano mientras se iba. El título concedido en 1823 por el rey Fernando VII, a su sobrino Enrique de Borbón seguirá siendo ostentado por su familia, emparentados con el Rey Felipe VI.
El duque de Sevilla, una vida apasionante
Paco, como le llamábamos los que le queríamos, no quiso irse sin antes dejar su estela vital plasmada en su libro “Cuasi memorias”, donde expone abiertamente todas sus anécdotas de una vida intensa y apasionante, unas veces marcadas por la grandeza y otras por la desgracia. “Yo no tenía pensado escribir nada -nos precisaba en la última entrevista que me concedió para La Razón- pero mis amigos escuchando mis andanzas por el mundo y las relaciones que he mantenido, me animaron a escribir estas cuasi memorias. Las he redactado con el corazón y con una memoria, que ya no es lo que era, con el deseo de que mis hijos y nietos, conozcan cómo era la vida en la época que me ha tocado vivir”.
Todos los que le hemos conocido, ensalzamos en el su sentido del deber, que nunca dejó de llevar a rajatabla. En las memorias que dejó escritas aparecen retratados en distintos pasajes del libro sus hijos, especialmente Olivia, que cuando el duque se separó de la duquesa Beatrice von Hardenberg Beatriz, su primera esposa, eligió a su padre para residir con él en Madrid. En las páginas Francisco de Borbón hace también todo un homenaje en sus memorias a su Cristina, su hija fallecida en 2020: “Me gusta recordar a mi hija Cristina como lo que era, un ser amoroso y frágil. Siempre fue muy cariñosa y buena siempre generosa conmigo. Su madre y yo tuvimos que ingresarla en numerosas ocasiones en distintos centros de recuperación. Pero al poco tiempo volvía a recaer. Se volvió más y más anoréxica y comenzó a beber más alcohol. Irremediablemente tuvo un final fatídico”.

Paco de Borbón estaba lleno de amor. Tres matrimonios y una vida sentimental intensa. Su primer matrimonio con la madre de sus tres hijos, la duquesa Beatrice von Hardenberg, fue portada en todo el mundo. La describe en el libro como tímida y discreta, “Hasta que se le acabo la timidez y acabó sacando un cerdito de paseo con correa por Marbella y organizando fiestas flamencas en su casa con Lola Flores. Siempre recordare su originalidad y simpática”.
Para su segundo matrimonio no tuvo las mismas palabras afables, “Fue lo peor que me paso en la vida" Isabel Karanitsch, a la que define de: “trepa y aventurera como no he conocido a otra y que además nunca me quiso. Alguien malévolo de la que me enamore perdidamente”. El matrimonio duro apenas meses, aunque ella sigue rentabilizado el apellido Borbón allá por donde va. Francisco cuenta en el libro, que tras su fugaz y desgraciado matrimonio con Isabelle pocas ganas le quedaron de iniciar otro matrimonio hasta que apareció Ángeles Vargas-Zúñiga, convirtiéndose en su tercera esposa, y con la que ha estado casada 24 años. Su viuda sufre una dura enfermedad, y Paco ha tenido que cuidarla estos años de declive. El mismo duque lo cuenta en sus memorias: “Hace seis cinco años le diagnosticaron alzhéimer, y ha ido perdiendo poco a poco las facultades. No sé el tiempo que tardara en no recordarnos espero que sea mucho”. Nunca en el olvido y siempre en la memoria, porque la muerte solo es el comienzo de la inmortalidad, grande Francisco de Borbón, descansa en paz.
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