
Perfil
Así es Olivia, hija de Francisco de Borbón: discreción en Marbella, amor por su familia y las pérdidas que marcaron su vida
La hija del duque de Sevilla, fallecido a los 81 años, vive alejada del foco en la Costa del Sol junto a su marido e hijos

Desde hace años, Olivia de Borbón lleva una vida serena en Marbella, lejos del bullicio de la vida pública que a menudo rodea a los nombres de sangre azul. Hija de Francisco de Borbón y Escasany, duque de Sevilla, y de Beatrice von Hardenberg-Fürstenberg -la célebre "condesa hippie"-, Olivia ha encontrado en la tranquilidad del sur su refugio personal, compartido con su marido, Julián Porras-Figueroa, sus dos hijos y sus inseparables perros. Hoy llora el fallecimiento de su progenitor, a los 81 años.
Casada desde 2014 con el empresario manchego, a quien conoció en una noche de verano en Puerto Banús, Olivia ha consolidado un matrimonio estable que nació casi por casualidad y se selló con una boda en la iglesia de Marbella, seguida de una celebración en el hotel Villa Padierna, uno de los enclaves más exclusivos de la Costa del Sol. La pareja se instaló allí poco después, en la ciudad donde Olivia creció junto a sus hermanos, Francisco y Cristina, trágicamente fallecida en accidente de tráfico.
Compromiso social
Hoy, su día a día transcurre entre la familia, el compromiso social -como el que mantiene con la fundación creada por su madre para luchar contra la EPOC- y planes discretos: almuerzos en el Marbella Club, tardes en casa y escapadas puntuales a Madrid, ciudad a la que sigue vinculada por sus raíces y compromisos familiares.
El entorno de Olivia destaca su perfil reservado, alejado del exhibicionismo, pero muy cercano a quienes quiere. Lo ha demostrado especialmente en los últimos años, en los que ha tenido que enfrentarse a dos grandes golpes personales: la muerte de su hermana Cristina, en un accidente de tráfico en febrero de 2020, y la de su madre, apenas un mes después, a causa de una enfermedad respiratoria crónica. Dos pérdidas que le han dejado una huella imborrable.
Más recientemente, el fallecimiento de su padre, el duque de Sevilla, ayer 20 de mayo en Madrid, ha vuelto a colocarla en una posición de referencia dentro de la familia Borbón y Escasany. Fue precisamente su marido, Julián Porras, quien comunicó la noticia públicamente a través de sus redes sociales. La capilla ardiente fue instalada en el Tanatorio de San Isidro y el entierro se celebrará mañana a las 12 de la mañana en la Sacramental de San Justo, en una ceremonia íntima.
Amiga cercana de rostros conocidos de la alta sociedad como Fiona Ferrer, Eugenia Silva o Cari Lapique, Olivia mantiene vínculos con la aristocracia española, aunque sin protagonizar titulares constantes. Su papel público es medido, elegante y, sobre todo, fiel a su forma de entender la vida: desde la discreción, el afecto familiar y el equilibrio entre pasado y presente.
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