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Lo de besar se va a acabar

​Ya avisó Mariló Montero que las mujeres no quieren besos institucionales

Ángela Rodríguez Pam durante el encuentro feminista con motivo del 8M.
Ángela Rodríguez Pam durante el encuentro feminista con motivo del 8M.Gonzalo PérezLa Razón

[[LINK:EXTERNO|||https://www.larazon.es/gente/famosos/marilo-montero-habla-miedos-menopausia-retoques-vaginales_202309256511dbf298383a00019d0b93.html|||​Ya avisó Mariló Montero]] que las mujeres no quieren besos institucionales, y no se refería a los que te puede dar un colegui en el instituto, claro. Ahora, Ángela Rodríguez, «Pam» para la historia, secretaria de Estado de Igualdad en funciones, ha ido más lejos y considera que el habitual saludo con dos besos en las mejillas pertenece a la «cultura sexual de impunidad y falta de consentimiento, una forma de violencia sexual contra la mujer». Imagino que su Ministerio hará pronto una de sus célebres campañas para desterrar la fea costumbre del beso mejillero como saludo. Podrían repartir camisetas con las leyendas «Besa a tu madre» o «Hasta la almejilla del beso en la mejilla».

Ella, tan roja, no sé cómo habría sobrevivido al «beso soviético» en la época de Brézhnev. El triple Brézhnev, lo llamaban: uno en la mejilla derecha, otro en la izquierda y luego directamente en la boca. Le daban igual hombres que mujeres, camaradas o capitalistas: así besó a Indira Gandhi, Yasir Arafat, Jimmy Carter, etcétera.

Cuentan que el que propinó a Tito, presi de Yugoslavia, fue tan apasionado que le hizo sangre en un labio.

Fidel Castro, muy cuco, se libró colocándose un habano en la boca nada más verlo llegar, y no se lo quitó hasta que se largó. El «beso soviético» lo justificaría Pam, pienso, como «muestra de la fraternidad comunista».

Ya conseguida la fraternidad gracias a Yolanda Díaz, reina de los biquiños, solo se podrá besar a Puchi y a Arnaldo Otegi en tiempo de negociaciones.

​¿Y los besos con lengua? Inmejorables con lengua catalana, vasca y gallega, que diría Francina Armengol. Pero el saludo, mejor a la japonesa, inclinando la cabeza.

El beso al hoyo y Pam al bollo.