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Rajoy toma oxígeno con su no a la presión del «rescate blando»

La Razón
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MADRID- El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se aplica al pie de la letra el lema de que «resistir es ganar». Ha ofrecido muchas muestras de ello en la oposición y también las está dando desde el Ejecutivo. De momento ha conseguido un objetivo vital, ganar tiempo y oxígeno, gracias al gesto que le ha sacado al Banco Central Europeo (BCE) para echar agua fría sobre la prima de riesgo.

La ofensiva diplomática del Ejecutivo ha tenido sus resultados cuando prácticamente todo el mundo, incluidos los mercados, habían tirado la toalla sobre que el presidente del regulador monetario, Mario Draghi, fuera a hacer algo para evitar el colapso de España por tener en niveles insostenibles su diferencial y las rentabilidades en todos los plazos. Una sola insinuación sobre la compra de deuda por parte del BCE ha servido para impulsar la mayor subida de la bolsa en dos años y una contundente caída de la prima de riesgo.

Esto da la razón a la estrategia de presión sobre el organismo regulador que el Ejecutivo había acentuado en los últimos días, asfixiado por la presión sobre la deuda. Rajoy está convencido de que España no será rescatada y, como adelantó este periódico el pasado domingo, ha abanderado esa posición dentro del desconcierto en el que ha sumergido a su Gabinete la sensación de que habían llegado al final del camino en sus medidas domésticas para reconducir la peligrosa escalada de la prima de riesgo. Rajoy descarta el rescate, pero también está empeñado en la resistencia numantina a eso que se ha acuñado como el «rescate blando», es decir, a la posibilidad de que España acuda al fondo de rescate europeo para pedir la compra de deuda, lo que inevitablemente lleva aparejada una fuerte condicionalidad. Su decisión es mantener en todo lo posible la normalidad, y esto también afecta al calendario de subastas, que tiene en rojo la fecha de octubre. Así será, aunque Rajoy prevé que la presión sobre España volverá a ser angustiosa si las insinuaciones del BCE no se concretan de manera inmediata en hechos. Ayer el presidente recibió en Moncloa a los líderes de UGT y CC OO, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, respectivamente. Una reunión acordada con gran discreción por las tres partes y de la que sólo se informó a posteriori y con los detalles justos. Entre ellos, que duró unas dos horas, y que fue a instancias de Rajoy, pero después de que los líderes sindicales hubieran sido recibidos por la canciller alemana, Angela Merkel. Méndez y Toxo confirmaron en Moncloa su agenda de movilizaciones.

Hoy el Gobierno aprobará la ley de transparencia y el endurecimiento penal al fraude laboral y fiscal. Lo que sigue sin aclararse oficialmente es si antes de las vacaciones el Ejecutivo abrirá la vía sancionadora contra alguna CC AA por no cumplir sus planes de ajuste.