Buenos Aires

Laura Alonso / diputada argentina: «Que me digan "española"no es un insulto es un halago»

Laura Alonso / diputada argentina: «Que me digan "española"no es un insulto es un halago»
Laura Alonso / diputada argentina: «Que me digan "española"no es un insulto es un halago»larazon

BUENOS AIRES- La «ladrona española», acosada y vilipendiada como traidora a la patria «kirchnerista» por las barras bravas del peronismo –las juventudes agrupadas en torno a La Cámpora– por el delito de criticar la confiscación de YPF, tiene un carisma a prueba de bombas. «Outsider» por convicción, presidía la ONG Poder Ciudadano hasta que Mauricio Macri, el alcalde de Buenos Aires, la reclutó para ocupar un escaño en el Congreso. Desde allí, defiende la despenalización del aborto y del consumo de marihuana, ideas que a priori no encajan con su partido, el PRO. Su arrojo y valor para enfrentarse a los «hooligans» que jalean a la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, la han convertido en una suerte de heroína en la Madre Patria, después de que el pasado jueves, en mitad de su discurso en el Congreso, las huestes «cristinistas» la insultaran al grito de «bandida española». Alonso aguantó hasta que la pasión le pudo y acabó dedicando a la «hinchada K» una «peineta» dedo en alto. Sólo cuestionaba la expropiación de YPF. Un discurso valiente, habida cuenta de que más de 200 diputados votaron a favor.

–¿Qué ocurrió en el Congreso? Fue un espectáculo lamentable.
–Los palcos los llenaron el jueves, la militancia peronista estaba instruida para abuchear durante los discursos del PRO. Pero quiero resaltar que lo que sucedió en el Congreso es un microclima, no es representativo de la realidad argentina. Afuera, el transporte público es pésimo, a las personas les falta empleo, la inflación. Ayer mismo, el taxista que me llevaba se iba quejando durante el camino de lo que cuestan las cosas en el supermercado.

–¿Qué sintió cuando le gritaron «bandida española»?
–Cuando los públicos se masifican son capaces de decir cualquier cosa de la que luego pueden arrepentirse o que luego no dicen en solitario. Nadie me insultó nunca en la calle. Además, que me digan «española» no es un insulto, es un halago. Me encanta compartir conversaciones con españoles, su cultura, su comida, su fútbol. Mi abuelo es gallego. Somos pueblos hermanos que nunca van a enemistarse, con una historia profunda que va más a allá de los desencuentros o desaciertos que puedan protagonizar los gobiernos o las empresas.

–¿Se sintió sola ante el peligro, votando contra la confiscación?
–Hemos defendido valores como la transparencia y ésa es la verdadera defensa de la patria que nosotros enarbolamos, no agitar la bandera argentina y luego llenarse los bolsillos corruptos. El Gobierno nunca divulgó datos sobre la gestión de Repsol. Tampoco lo hizo la petrolera española. Si Repsol tuviese la «cola» limpia (el culo) habría mostrado todos los papeles, espero que los enseñe durante el juicio para solicitar una indemnización justa.

–¿Qué opina del nuevo presidente de Repsol, el recién nombrado Miguel Galluccio?
–La presidenta plasmó claramente en su discurso cuál era su intención. «Yo soy la dirección política», dijo. Quiere su empresa. ¿Va a ser la presidenta la que tome las decisiones en YPF? Nunca vimos a los Kirchner reconocer equivocaciones o admitir alternativas. En definitiva, Galluccio puede ser un buen técnico, pero será un empleado de Cristina.

–Apoya el matrimonio igualitario, el aborto, la marihuana. ¿No le resulta extraño militando en un partido conservador?
–Al principio fue medio raro, pero el PRO es un partido amplio.

 

CFK lanza otro aviso a las transnacionales
Con tono enérgico y frente a un público que la cortejaba en todo momento Cristina Fernández de Kirchner aprovechó la promulgación de la expropiación para enviar un duro mensaje a los empresarios. La presidenta instó a los líderes de empresas a «reinvertir para no repetir historias y seguir con este crecimiento sostenido». «No me molesta que los empresarios ganen plata, pero esa rentabilidad debe también ser acorde al desarrollo y sustentabilidad de la economía», expresó a continuación. Todo un aviso a navegantes que no augura una lluvia de inversiones en Argentina.