Embarazo

Los niños prematuros tienen hipertensión y arterias más gruesas

Los niños prematuros por retraso del crecimiento fetal tienen el corazón anormal, es más bien redondo cuando debe ser alargado, una tensión arterial más alta y sus arterias carótidas son más gruesas, según un estudio del Servicio de Medicina Maternofetal del Hospital Clínic que señala que son factores que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares

El trabajo, realizado por los doctores Fátima Crispi y Eduard Gratacós, en colaboración con el Departamento de Cirugía Pediátrica Cardiovascular del Hospital Sant Joan de Déu, la Universitat Pompeu Fabra, la Universidad de Birmingham y la de Berlín, es el primero que demuestra que el retraso de crecimiento produce cambios directos en el sistema cardiovascular desde la vida fetal.Eduard Gratacós ha explicado en rueda de prensa que el retraso del crecimiento fetal se define como el peso al nacer inferior al percentil 10 para la edad gestacional, lo que afecta a entre un 5% y un 10% de recién nacidos, y da una cifra de unos 25.000 niños nacidos en España al año con estas características.Para el trabajo, publicado en la revista Circulation, se han estudiado 80 niños con retraso de crecimiento fetal que fueron supervisados hasta los cinco años y 120 niños nacidos con peso normal seleccionado por género, fecha de nacimiento y edad gestacional al nacer, con los que se compararon.Hasta ahora esta falta de crecimiento intrauterino se asociaba en la literatura médica a un aumento de la mortalidad cardiovascular en adultos, pero no se conocían mecanismos que explicasen esta asociación de forma clara, y se pensaba que era consecuencia del riesgo de sufrir trastornos metabólicos, diabetes u obesidad, observados en estos pacientes.Fátima Crispi ha explicado que el estudio proporciona evidencias clínicas de que el retraso en el crecimiento fetal se asocia a cambios persistentes en la morfología cardíaca, disfunción cardiaca subclínica y remodelado arterial desde los primeros años de vida, signos que se habían constatado en estudios con animales.A los niños estudiados se les hicieron ecografías de corazón, ecografías de la arteria carótida y se les midió la tensión, y tras tener en cuenta diversas variables se llegó a la conclusión de que los cambios observados en el corazón y la forma de bombear sangre se debe a los cambios adaptativos que se producen para cumplir con la función, aunque sea de forma menos eficiente.Los investigadores han anunciado que tras estos resultados se ha puesto en marcha otros trabajos para ver cómo se puede intervenir en estos pacientes para solucionar esta situación, y si con un tratamiento adecuado el corazón puede recuperar su forma normal y mejorar su pronóstico, y hacer que desaparezca el riesgo cardiovascular.Para los investigadores, desde un punto de vista clínico y de salud pública los resultados son muy relevantes porque por primera vez demuestran un mecanismo claro para explicar la relación epidemiológica entre el retraso del crecimiento fetal y el aumento de la mortalidad cardiovascular en adultos.También aseguran que estos hallazgos abren importantes oportunidades para los niños con retraso de crecimiento intrauterino, porque ofrecen un nuevo enfoque terapéutico y facilitan la identificación e intervención precoz de una patología que no está considerada como factor de riesgo cardiovascular en los protocolos internacionales.Ambos han añadido que ahora hay que ver qué tipo pruebas deben hacerse a los niños que nacen con bajo peso para detectar estos casos, y si con un tratamiento contra la tensión se pueden revertir los síntomas y el corazón puede llegar a cambiar de forma.Lo que si recomiendan es que estos niños coman sano y bien y hagan deporte, estrategias fáciles de mantener que ayudan a prevenir los riesgos cardiovasculares.