Santo Domingo

La Suite Vollard de Picasso podrá verse desde el sábado en el Instituto Cervantes de Tokio

La 'Suite Vollard' de Picasso perteneciente a la colección del Instituto de Crédito Oficial (ICO) recala desde este sábado en el Instituto Cervantes de Tokio (Japón), que albergará hasta el 18 de diciembre en su sala de exposiciones la colección de cien grabados que conforman esta mítica serie. La obra ha visitado anteriormente Kiev (2007), El Salvador (2003) o Washington (1993).

La 'Suite Vollard' del ICO es una de las pocas series completas que hay en el mundo. Desde 1992, tras su primera visita a Santo Domingo (República Dominicana) ha sido expuesta en trece países.

Las piezas que integran esta serie fueron realizadas por Pablo Ruiz Picasso entre septiembre de 1930 y junio de 1936. A las 97 que componían la obra originalmente, se añadieron en 1937 tres retratos de Ambroise Vollard realizados por Picasso.

EL NOMBRE DE LA SERIE

El nombre de la serie proviene de Ambroise Vollard, marchante y amigo personal de Picasso desde 1901, año en el que el artista expuso por primera vez en París en la Galerie Vollard, junto con Francisco Iturrino. Vollard tuvo un interés constante por la obra del pintor español y la 'Suite Vollard' marca el punto álgido de la colaboración entre ambos.

La 'Suite Vollard' surge como fruto de un intercambio comercial amistoso, no como un encargo del marchante al artista como se podría pensar. En 1937, Vollard había conseguido los 97 cobres grabados por el artista a cambio de un número importante de pinturas -propiedad del marchante-, que Picasso deseaba para su colección privada.

Por otra parte, unos años antes, el malagueño había propuesto a su galerista un proyecto original: retratarle cada vez que le visitara. En 1910 y en 1915, Picasso había realizado dos retratos del galerista sobre lienzo, pero la serie propuesta de retratos en papel quedó inconclusa, con sólo tres realizados, debido a la muerte de Vollard. Así, en 1937, para redondear el número de obras de la serie, los tres retratos se unieron a las 97 planchas.

La edición definitiva de la serie comenzó a estamparse en 1939, antes de la muerte de Vollard en julio de ese mismo año. Una vez concluida la tirada, las estampas pasaron, junto a otras series inéditas, a los almacenes de Vollard. Un gran número de estampas fue vendido por Henri Petiet, marchante de grabados, mientras que las planchas de cobre permanecieron en manos del impresor de la obra, Roger Lacourier.

Los cobres de la 'Suite Vollard' fueron mostrados por primera vez en 1979 en la exposición que tuvo lugar en el Museo de Arte Moderno de la Villa de París, de donde pasaron al Museo Picasso de París para formar parte de sus fondos.

OBSESIONES PERSONALES
La serie es fruto de momentos intensamente creativos de Picasso. Los años 30 son el periodo de plena madurez del pintor malagueño. Después de pasar por diferentes estilos, habiendo indagado y desarrollado el Cubismo, estaba familiarizado con todos los lenguajes
y técnicas artísticas. Esta seguridad creativa le permitió apartarse de las tendencias de vanguardia y volver a los modelos clásicos de expresión, una decisión que le valió las críticas de amigos y artistas inmersos en las corrientes más renovadoras.

En esta etapa, el pintor, a modo de diario íntimo, fue desarrollando sus obsesiones personales en obras como la 'Suite Vollard'. Junto a los tres retratos de Vollard y un bloque de temas varios, los grabados se articulan en torno a cuatro asuntos temáticos: El taller del escultor, el Minotauro, Rembrandt y la batalla del amor.

Picasso dedicó el trabajo más intenso a la serie sobre el taller del escultor, con 46 de los 100 grabados. En este tema desarrolla una y otra vez la relación entre el artista y su modelo, imagen que volverá recurrentemente a la obra de Picasso a lo largo de su vida y en la que el creador establece una relación erótica con la figura de la modelo.

En ella se reconoce el rostro de su amante Marie-Thérse Walter. Estas estampas presentan, además, un valor añadido, mostrando la interesante labor escultórica que Picasso desarrollará a finales de los años 20 y principios de los 30.

La pequeña serie sobre la batalla del amor está relacionada con El taller del escultor. En ella, el artista desarrolla la relación erótica, que se hace mucho más violenta, incluso agresiva, llegando a representar escenas de violaciones.

Las planchas de la serie El Minotauro, que conforman el otro tema que domina en la 'Suite Vollard', son más tiernas y melancólicas, a la vez que dramáticas. El Minotauro es un personaje enigmático y recurrente en la obra de Picasso. El artista se identifica siempre con él, con su impulso sexual y criminal, pero también con su ternura y soledad, con su sufrimiento. Gracias a esta figura, expone su vida personal al gran público manteniéndose oculto, empleando al Minotauro como un "alter ego".

Por último, cuatro planchas están dedicadas a la figura de Rembrandt, el otro gran maestro del grabado con el que Picasso mantuvo una relación de admiración y rivalidad.
La variedad temática, la amplitud del periodo de creación y las técnicas de grabado empleadas, permiten infinitas combinaciones de exposición de la 'Suite Vollard'.

Picasso utilizó todos los métodos posibles de grabado: punta seca, buril, aguafuerte y aguatinta. Además de los cuatro bloques temáticos mencionados, realizó veintisiete grabados de Temas Varios que no tienen ninguna relación temática en común y tres retratos a Ambroise Vollard.