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Manila viaja al pasado con la visita del galeón español «Andalucía»

Manila realizó hoy un viaje de casi 200 años al pasado con la visita del galeón «Andalucía», una réplica de las naves que durante tres siglos facilitaron los intercambios comerciales entre España y Filipinas.

Con las velas plegadas por la ausencia de viento, el emblemático barco, proveniente de Hong Kong, entró al puerto de la capital filipina rodeado de ferrys y cargueros industriales.

"Se siente una especial emoción al entrar en Manila, después de 12.000 millas uno vuelve a sentirse en su casa, este puerto debe ser el principio o el final del viaje", explicó a Efe Juan Miguel Salas, presidente de la Fundación Nao Victoria, principal promotora de la iniciativa que vende la imagen de España y Andalucía por el mundo.

Entre fanfarrias y danzas autóctonas, 36 tripulantes fueron recibidos en el puerto por un cortejo de autoridades locales para festejar el retorno de un galeón a la ciudad, después de que esta ruta comercial que conectaba España, México y Filipinas se abortara en 1815 por la guerra de la independencia mexicana.

Para el embajador español en Filipinas, Luis Arias, "el galeón convirtió a Manila en el centro comercial más importante de Asia y uno de los extremos del cordón que unió durante casi tres siglos a Asia y a Europa", por lo que considera a la capital filipina "el lugar natural"para esta embarcación.

Desde que en 1565 el primer galeón arribó a la capital filipina, la entrada de estos barcos suponía un jugoso botín de plata y productos entonces desconocidos, como el chocolate o el maíz, traídos de México y que se intercambiaban por textiles, especias y mercancías exóticas.

"Esta vez no traemos plata en las bodegas, pero venimos cargados de amistad para reforzar las relaciones con Filipinas", recalcó el capitán del navío, el sevillano Gonzalo de la Cruz.
Cruz incidió en la dificultad que constituye manejar un barco de este tipo pese a que la réplica no es del todo exacta, ya que va equipada con sistemas de radar, GPS y hasta un motor, sin el cual no es posible obtener el permiso de navegación.

"Es una copia de los galeones de la época basada en unos grabados, de modo que cuando navegamos con viento, con las velas desplegadas, la nave se comporta muy bien, el problema es cuando no hay viento a favor y ponemos en marcha el motor, tiene problemas porque no está preparada para eso, la estructura hace un esfuerzo anormal", explica.

El capitán sonrío al recordar la reciente anécdota ocurrida en el estrecho de Malaca, entre Malasia y la isla indonesia de Sumatra, cuando en un día de mala visibilidad por la niebla se cruzaron con un carguero canadiense.

"Me preguntaron por radio y en perfecto castellano que de dónde carajo salíamos y les contesté que no sabía en qué siglo estábamos", relató divertido.

La mitad de los 36 tripulantes embarcaron en Shanghai, donde el "Andalucía"pasó tres meses atracado con motivo de la Exposición Universal, mientras que la otra mitad ha realizado todo el periplo desde su partida de Sevilla el pasado marzo y adonde no regresarán hasta febrero del próximo año, por la misma ruta.

La llegada del barco coincide con la celebración el próximo viernes del primer Día del Galeón en Filipinas, una iniciativa de un senador filipino Edgardo Angara que pretende recordar los lazos que durante siglos unieron a España y Filipinas gracias al comercio.

El barco, de 52 metros de eslora y 10 de manga, permanecerá atracado en la dársena manileña hasta el sábado, cuando emprenderá un viaje a las islas de Bohol y Cebú, muy cerca de donde Fernando de Magallanes perdió la vida en 1521 en la primera expedición española que pasó por el archipiélago.