Los Ángeles

La cuestión racial divide el voto

Romney prometió empleo y un equilibrio económico en uno de sus actos de ayer en Colorado
Romney prometió empleo y un equilibrio económico en uno de sus actos de ayer en Coloradolarazon

A unas horas de las elecciones, Obama se encuentra situado por delante de Romney en número de compromisarios o, si se prefiere utilizar el término norteamericano, en voto electoral. Para el republicano, son, con toda seguridad, los estados de Alabama (9 compromisarios), Alaska (3), Arizona (11), Arkansas (6), Carolina del sur (9), Dakota del norte (3), Dakota del sur (3), Georgia (16), Idaho (4), Indiana (11), Kansas (6), Kentucky (8), Louisiana (8), Mississippi (6), Missouri (10), Montana (3), Nebraska (5), Oklahoma (7), Tennessee (11), Texas (38) –sin duda, el estado más importante de los que Romney gana hasta el momento– Utah (6) –el estado que dada su mayoría mormona previsiblemente votará en mayor proporción a favor de Romney– Virginia occidental (5) y Wyoming (3). En términos generales, puede decirse que el candidato republicano tiene asegurados buena parte, aunque no todos, de los estados del «Deep South» (sur profundo) y otra buena porción de los estados del oeste. Se trata de estados que, en términos históricos, no han visto con agrado la presencia de minorías hispanas o negras que, ocasionalmente, son numerosas y donde el elemento agrario, ganadero o petrolero ha sido, o incluso sigue siendo, muy fuerte. No pocos de ellos han votado de manera tradicional al partido demócrata y sólo tras la liberalización de éste a mediados de los años sesenta del siglo XX comenzaron a desplazar su voto hacia un partido republicano que se convirtió en más conservador. En su conjunto, pues, Romney podría dar por seguros 191 compromisarios. Se hallaría, por lo tanto, a 79 compromisarios de la victoria que, como hemos repetido en más de una ocasión, descansa en obtener 270 votos electorales.

Obama por su parte cuenta ya con el estado de California –el mayor en lo que a número de compromisarios se refiere– (55) Connecticut (7), Delaware (3), distrito de Columbia (3), Hawai (4) –su estado natal– Illinois (20), Maine (4), Maryland (10), Massachusetts (11) –a pesar, o quizá, porque aquí fue Romney gobernador– Michigan (16), Minnesota (10), Nueva Jersey (14), Nuevo México (5), Nueva York (29), Oregón (7), Pensilvania (20), Rhode Island (4), Vermont (3), Virginia (13) –aunque éste no resulta tan seguro– y Washington (12). En términos generales, se trata de estados de las costas y del norte –Nuevo México es una excepción marcada– que, históricamente, han sido, por su carácter más liberal y proclive a las reformas sociales, feudos de un partido republicano marcado por la figura de Lincoln. En los años setenta del siglo pasado, el giro de los republicanos hacia posiciones más conservadoras los fue empujando a brazos de un nuevo partido demócrata. En total, Obama podría considerar que cuenta ya con 250 compromisarios o, al menos, con 237 si perdiera Virginia. En otras palabras, se encontraría tan sólo a 20 compromisarios –a lo sumo 33– de la victoria electoral.
Se puede, pues, especular con las posibilidades que tienen los candidatos de victoria partiendo de los estados en los que todavía se riñe en estos momentos una durísima campaña electoral. En el aire se encuentran todavía los denominados «swing states», es decir, Carolina del Norte (15) –aunque quizá será el estado indeciso que se portará mejor con Romney– Colorado (9), Florida (29) –el más importante de los estados no decididos y en el que Romney aparenta contar con cierta ventaja–, Iowa (6), Nevada (6), New Hampshire (4), Ohio (18) –absolutamente decisivo y en el que Obama descansa en la forma en que salvó la industria del automóvil y con ella los empleos de millares de familias– y Wisconsin (10), el estado de Ryan, en el que no está aún clara una victoria republicana. A Obama le bastaría con ganar en Florida –tarea nada fácil, pero quizá no imposible– o en Ohio y otro estado más como Wisconsin o Nevada para mantenerse otro mandato en la Casa Blanca. Romney se enfrenta, por el contrario, con un reto mayor. A Carolina del Norte –que es casi seguro– tendría que sumar Florida, Ohio, Wisconsin y Colorado. La derrota en cualquiera de esos estados difícilmente podría ser compensada por la victoria en todos los restantes. Con todo, si finalmente, Obama perdiera Virginia y Romney ganara en ese estado, Carolina del Norte –que es segura– Florida, Wisconsin y Ohio, el republicano podría convertirse en el próximo presidente. Sus grandes bazas a día de hoy no son, de manera reveladora, ni la economía ni los problemas internacionales sino un sector del voto femenino que pudiera abandonar de manera significativa a Obama para seguir a Romney y el voto blanco cada vez más opuesto a los negros y, sobre todo, a los hispanos. En ese sentido, estas elecciones han dejado de manifiesto –en contra de lo que pudo pensarse hace cuatro años– que la cuestión racial no es ni lejanamente algo del pasado. Circunstancia diferente es si bastará para llevar a Romney hasta la presidencia. A partir de estos datos, puede el lector llevar a cabo sus propias especulaciones y comprobar el día 6 su grado de acierto.

 

La muerte de Bin Laden se cuela en la campaña
El estreno de una película sobre la muerte de Osama Bin Laden ayer, dos días antes de que se celebren las elecciones, ha levantado una gran polémica en Estados Unidos. Muchos ven en la cinta algo más que un filme de acción, que es la tarjeta de presentación con la que el canal National Geographic ha querido venderlo. Las voces críticas consideran que la historia es una forma de propaganda para conseguir el voto independiente. Aunque tanto demócratas como conservadores coinciden en señalar como inoportuno el momento elegido para su estreno, lo cierto es que son los de Mitt Romney quienes más han cuestionado la decisión de la cadena. No es de extrañar, ya que aunque los productores de la película insisten en desvincularla de cualquier cuestión política, lo cierto es que la muerte del terrorista más buscado del mundo es uno de los grandes logros de la Administración Obama, informa Reyes González desde Los Ángeles.