Barcelona

La Fábrica Moritz reabre sus puertas como centro gastronómico y cultural

Albert Castellón, Jean Nouvel y Jordi Vilà ayer en la Fábrica Moritz
Albert Castellón, Jean Nouvel y Jordi Vilà ayer en la Fábrica Moritzlarazon

Barcelona- Después de diez años de proyecto, la Fábrica Moritza reabre como un edificio de 4.500 metros cuadrados que quiere convertirse en centro neurálgico de la gastronomía, la cultura y el ocio de Barcelona.

La rehabilitación del viejo edificio y el diseño del proyecto han sido responsabilidad del arquitecto francés Jean Nouvel, que ayer definió el nuevo equipamiento como «un espacio hedonista, lleno de microplaceres». En su interior, dos restaurantes, una cervecería, un «bar a vins», una tienda, un horno con pan artesanal, una sala de actos y un centro de exposiciones se unen para crear un microclima de la vida cultural y gastronómica de Barcelona, abierto todos los días de seis de la mañana hasta las tres de la madrugada. «Ojalá hubiese un sitio así en París. Es un espacio multiforme y diverso, lleno de pequeñas obras de arte. Será un punto de encuentro de lo mejor de la vida barcelonesa», afirmó Nouvel.

Una microcervecería
La inauguración oficial será el 12 de diciembre, pero este domingo ya habrá una gran fiesta popular en el exterior de la fábrica en la que se podrá probar los ejes en que se basará su oferta gastronómica, las tapas creativas, la cocina española y la reelaboración de los platos típicos de Alsacia, región de origen de la familia Moritz. «Teníamos la voluntad de rescatar este gran patrimonio en medio de la ciudad y ofrecérselo a todos los barceloneses», aseguró Albert Castillón, director general de Moritz, que anunció que el espacio también será una microcervecería que venderá botellas elaboradas en la misma fábrica.