Constitución

Campamento Sol se calienta

El debate de la permanencia del campamento instalado en la Puerta del Sol está dividiendo por completo a los «indignados». Ayer finalmente se pudo celebrar la asamblea general que sería definitiva.

El sistema de votaciones hace imposible que los «indignados» alcancen cualquier decisión que ponga fin a la acampada
El sistema de votaciones hace imposible que los «indignados» alcancen cualquier decisión que ponga fin a la acampadalarazon

La lluvia dio tregua aunque ya se había resuelto este problema con una carpa gigante hecha a retales de plástico. Sin embargo, el movimiento 15-M está estancado en su propio sistema, es decir, la forma de votación es el mayor problema para avanzar en sus propuestas. Ayer se acordó levantar el campamento el domingo 12, aunque se seguirán celebrando asambleas en la Puerta del Sol, pero existe un grupo minoritario que no quiere marcharse y por tanto bloquea la unanimidad necesaria para adoptar una decisión. Este sector no propone alternativas ni da ideas para solucionar el debate. «Todos sabemos que desde hace tiempo queremos marcharnos», confirmó un joven. No obstante, ayer salieron propuestas alternativas a marcharse el domingo 12, pero todas ellas mantenían las dos discrepancias. Los asistentes perdieron la paciencia, se escucharon abucheos y una de las moderadoras estuvo visiblemente emocionada y a punto de llorar, por lo que tuvo que parar un minuto.

El campamento está caldeado y muchos están de acuerdo en que hay una minoría que impide que el movimiento siga creciendo. «Todos sabemos que aquí hay gente que no está interesada en que el movimiento camine», afirmó un participante. A riesgo de que algunas comisiones se vayan desvinculando poco a poco del movimiento, por sus propias discrepancias, están intentando buscar una solución a sus diferencias. Por activa y por pasiva, los moderadores recordaron que están ahí para «practicar el pensamiento colectivo para construir algo nuevo. No se trata de discutir qué idea de las dos es la mejor, sino de juntarlas. Para ello, es necesaria la escucha activa y generar la idea de consenso». El cansancio y el desgaste físico se hace visible en los miembros del movimiento, que se ven incapaces de llegar a un consenso colectivo. La comisión de dinamización, encargada de mejorar el funcionamiento de la asamblea, resumió el problema de la siguiente forma: «Nos estamos bloqueamos porque decidamos lo que decidamos seguirá habiendo dos ideas completamente opuestas.

Se está yendo mucha gente porque las noches cada día son mas inseguras, y somos cada vez menos». Después de más de 4 horas, la única conclusión a la que se llegó es aceptar ambas propuestas de manera conjunta. El domingo 12 la mayoría del movimiento 15-M se marchará con un acto festivo y reivindicativo, mientras que los que quieran quedarse, así lo harán. En definitiva, el movimiento tiene contado sus días, porque entre ellos existen discrepancias sobre la permanencia del campamento, un debate que empieza a dificultar la continuidad en sus actividades. La comisión de legal cree en la necesidad de fijar una fecha, pero hay quien no está dispuesto a facilitar el proceso de decisión.

Víctimas de sí mismos
El sistema que utilizan en el campamento es asambleario. Es decir, las propuestas se deciden en las asambleas generales mediante unanimidad de todos sus participantes. La metodología de la asamblea está entorpeciendo por completo al movimiento porque existe una minoría que no quiere levantar el campamento, por lo que bloquean a la mayoría. Además, esta minoría no propone alternativas, por lo que no encuentran solución a su problema.