Actualidad

Líbano

Batalla campal entre policías y manifestantes en Beirut

Las Fuerzas de Seguridad libanesas lanzan gases lacrimógenos y pelotas de goma para impedir el acceso al Parlamento

Clashes in Beirut
Manifestantes ondean una bandera libanesa mientras uno de ellos lanza un objeto contra la Policía en BeirutNABIL MOUNZEREFE

Tras sesenta días de protestas, Beirut vivió ayer el día más violento entre los manifestantes y las Fuerzas de Seguridad desde el inicio del las protestas popular contra la corrupción y la clase política. Todo comenzó la noche del sábado, cuando simpatizantes del grupo chií Amal irrumpieron en la Ring Road y atacaron a los antidisturbios con piedras y estos respondieron con gases lacrimógenos. Previamente, miles de manifestantes habían sido desalojados a la fuerza de la zona cercana al Parlamento, donde se habían reunido para protestar contra la clase política y exigir un Gobierno compuesto por tecnócratas e independientes.

La Policía antidisturbios empezó a bloquear a los que intentaban entrar en una avenida que conducía al Parlamento y disparó gases lacrimógenos y balas de goma obligando a los los manifestantes a retroceder un kilómetro atrás. Entrada la noche, los manifestantes regresaron al centro y literalmente se armó una batalla campal. La Policía antidisturbios se desplegó en masa y reprimió a los manifestantes, golpeándolos y deteniendo a algunos de ellos, explicó a LA RAZÓN Samir, un manifestante que estuvo allí de testigo. Mientras, los manifestantes arrojaron piedras a la Policía y trataron de atravesar las barreras de acero que bloqueaban los caminos hacia el Legislativo y el gobierno.

Hasta altas horas de la madrugada, las columnas de humo blanco de los botes de gas lacrimógeno ascendían al cielo, mientras las sirenas de las ambulancias no paraban de sonar, y los manifestantes corrían por las calles del centro de Beirut. El balance provisional, proporcionado por la Cruz Roja, indicó que unas 100 personas fueron auxiliadas u hospitalizadas en los disturbios. La Defensa Civil libanesa dijo que trató a 54 personas por lesiones, llevando a más de la mitad al hospital. Por su parte, las Fuerzas de Seguridad hablan de al menos 20 policías heridos.

Por su parte, la Liga Árabe hizo un llamamiento urgente a la calma inmediata tras los disturbios. El organismo panárabe instó a «todas las partes en Líbano, incluidos el Ejército y las Fuerzas de Seguridad, a ejercer de contención y renunciar a cualquier acto de agresión con el fin de salvaguardar la paz y la estabilidad».

«Es preciso tomar medidas que allanen el camino para una salida de la crisis económica que aqueja al país», resaltó. Una fuente de alto nivel de la Liga expresó a la agencia oficial de noticias rusa RIA Novosti su «preocupación por las noticias acerca de una escalada de enfrentamientos en Líbano, particularmente los choques que tuvieron lugar el sábado entre activistas y policías, así como las agresiones contra manifestantes y agentes».

Las protestas, las más grande del país en décadas, se producen a raíz de la crisis económica a la que los políticos han conducido a Líbano a generar una deuda pública de 86.000 millones de dólares. El país del Cedro se asoma al abismo entre la crisis económica y política, al no haber encontrado aún un candidato para liderar el nuevo Gobierno tras la dimisión en octubre de Saad Hariri.

Precisamente, la ausencia de un sustituto ha llevado de nuevo a Hariri a ser el candidato a ocupar otra vez la jefatura de Gobierno. Las consultas empiezan en principio hoy y se espera que los manifestantes vuelvan a la calle a protestar por su nombramiento, un proceso que consideran inconstitucional.

Las posibilidades de que la consulta parlamentaria tenga éxito son remotas, ya que hay mucha polémica sobre qué tipo de Gobierno va a liderar Hariri. El primer ministro en funciones quiere formar un Gabinete tecnocrático, pero se ha encontrado con la oposición de los dos grandes partidos chiíes, Hizbulá y Amal, y de la cristiana Corriente Patriótica Libre (CPL), fundado por el presidente Michel Aoun.