Suplantan la identidad del ministro francés de Exteriores para estafar 90 millones de dólares

El ex ministro francés de Defensa y actual ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, vió cómo suplantaron su identidad desde finales de 2015, para reclamar grandes cantidades de dinero a familias poderosas y adineradas. En total llegaron a recaudarse 90 millones de dólares. La trampa consistía en pedir ayuda financiera para poder pagar el rescate de y así liberar a periodistas que supuestamente habían sido encarcelados en Oriente Medio. El estafador les comunicaba a las víctimas que transfirieran las cantidades a un banco chino para que no pudieran rastrearse las transacciones.

La abogada de Le Drian se ha mostrado muy sorprendida al decir que “se han atrevido a asumir la identidad de un ministro francés en funciones. Se han puesto en contacto con presidentes de empresas y jefes de Gobierno por todo el mundo solicitando grandes sumas de dinero, ¡qué atrevimiento!”. El Gobierno de Túnez, empresarios y jefes de Gobierno africanos, o líderes religiosos como el arzobispo de Burdeos fueron algunas de las autoridades a kas que intentó engañar.

Lo que de momento no está claro es por qué decidieron suplantar la identidad en concreto del ministro de Exteriores. Es posible que al ser una personalidad política poco conocida, fuese más sencillo hacerse pasar por él.

El caso que está siendo investigado por la Fiscalía francesa, apunta como principal sospechoso a Gilbert Chikli, que se encuentra en una cárcel de París, tras haber sido extraditado desde Ucrania por cargos de fraude organizado y usurpación de identidad. Chikli se crió en Belleville un barrio humilde del noreste de París. La suplantación no era una actividad nueva para él, ya que en 2015 fue condenado por estafar a corporaciones francesas, aunque no fue enviado a prisión porque estaba en Israel.

El fraude comenzaba con llamadas telefónicas del círculo cercano al ministro, quién les decía que posteriormente les pondría en contacto con el mismo. Los primeros contactos eran por teléfono sin embargo, más tarde, se pasaba a realizar llamadas por Skype. En estas videollamadas el impostor utilizaba una máscara para aparentar ser él, reproducía la oficina del ministro, se colocaba a cierta distancia, con poca iluminación, y además utilizaba una conexión a la red de mala calidad para intentar levantar las menores sospechas posibles.

Chikli cometió varios errores, como tratar al presidente de Senegal de “usted” cuando Le Drian y él se referían mutuamente de “tú”, viajar a Ucrania para comprar una máscara, fardar de los privilegios de los que disfrutaba tras sobornar a los guardias, y por último y más grave, una vez liberado tras su última condena, retornar de nuevo la suplantación de la identidad de Le Drian. Por tanto se cree que Chikli no ha actuado sólo y que podría existir una banda que utilizara la identidad del ministro de Exteriores para estafar a personajes influyentes.