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Irán

La muerte del general Suleimani marca las elecciones en Irán

El sector reformista se arriesga a perder el Parlamento por la alta abstención de los jóvenes

Campaña electoral en Teherán WANA NEWS AGENCYReuters

El finado general iraní Qassem Soleimani sigue presente en Irán y su recuerdo marcará las próximas elecciones parlamentarias, previstas para este viernes. Su muerte ha servido para unir a la sociedad iraní, cada vez más confrontada, y su imagen se ha convertido el estandarte de la línea dura.

Estas elecciones son vistas como una oportunidad para reafirmar si los reformistas pueden mantener su poder. Sin embargo, las tensiones con Estados Unidos y la creciente desconfianza hacia Occidente que ha aumentado con el asesinato de Soleimani.

Además, muchos iraníes son escépticos con el Gobierno por su mala gestión y ocultar el ataque con misiles que por error derribó un avión comercial ucraniano, en el que murieron las 176 personas que iban a bordo.

Ante un electorado desmotivado por la crisis económica y política, el ayatolá Ali Jamenei volvió a salir a la palestra para inyectar entusiasmo a la vena patriótica. El líder supremo dijo que el enemigo tiene como objetivo separar a los jóvenes del sistema islámico, pero fracasarán por completo.

Carteles electorales en TeheránWANA NEWS AGENCYReuters

Jamenei recordó que al igual que con el martirio del general Soleimani “el enemigo fallará una vez más al intentar decepcionar a la juventud iraní”.

El líder supremo espera que “la venganza” y “la resistencia” a Occidente sean los motores que muevan masivamente a los electores.

De hecho, con una población relativamente joven como la iraní, el voto de la juventud determinará qué bloque, los ultraconservadores o el ala reformista liderará la Asamblea Nacional.

Unos 58 millones de electores están llamados a ejercer su voto este viernes, pero la baja participación por la decepción del actual Gobierno es otro de los escollos a los que se enfrentan los moderados, lo cual podría beneficiar a los ultraconservadores.

No obstante, el núcleo del poder está integrado por el clero ultraconservador y la Guardia Revolucionaria y son ellos los que manejan las riendas del poder. La línea dura ha aprovechado para sacar leña del árbol caído y a los reformistas más cercanos a Occidente que estaban a favor del pacto nuclear les ha pasado factura su aventura aperturista.

Miles de candidatos moderados, vetados

De hecho, miles de candidatos moderados han sido vetados para estas elecciones parlamentarias.

Según los medios iraníes, más del 75 por ciento de los candidatos pertenecen al ala conservadora. Así, el Consejo Islámico retiró más de 7.000 candidaturas de reformistas.

Los llamamientos al boicot por parte de los opositores al régimen podrían desfavorecer a los moderados y reformistas. Aunque el índice de participación depende de las elecciones, en general se sitúa en torno al 50%.

En las zonas rurales, tradicionalmente conservadoras, los electores suelen acudir a las urnas, pero en las grandes ciudades como Teherán, Isfahán o Shiraz es una interrogante. Por ese motivo, el presidente Hasan Rohani, cuya popularidad ha caído por el fracaso en su política de aperturismo con Occidente, instó ayer a los iraníes a acudir a las urnas y a votar.

“La presencia del pueblo el viernes irritará y enojará a EE UU y su falta de presencia le agradará. Más allá del Parlamento”, exhortó el presidente iraní.

"¿Hemos de romper las sanciones o no? (…) ¿Quién debe hacerlo? El Gobierno y el Poder Judicial no lo pueden realizar solos”, insistió Rohani.

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