Irán

Irán no puede luchar contra el virus

El régimen de Teherán no decreta el confinamiento porque carece de medios para ayudar a la población, mientras el números de contagiados no deja de aumentar

Coronavirus in Iran
La Policía iraní comprueba si tienen coronavirus los pasajeros de un vehículo/EFEABEDIN TAHERKENAREHEFE

Irán ha superado ya los dos millares de muertes, pero las autoridades advierten de que lo peor aún está por llegar. La pandemia que se extiende como la pólvora en el país persa, asolado además por las sanciones económicas, podría tener un fuerte rebrote en los próximos dos meses.

La analista iraní Masha Rouhi advierte de que se teme que el costo de la guerra de ocho años entre Irán e Irak en la década de 1980, que mató a un millón de personas, palidezca en comparación con la epidemia de coronavirus. Los investigadores iraníes estiman que el brote, que ha matado ya a un total de 2.077 personas e infectado a otras 27.017, alcanzará su punto máximo a fines de mayo y podrían provocar 3,5 millones de muertes.

En declaraciones a la RAZÓN, el experto proiraní Ali Rizak señala que Teherán «no tiene los recursos ni para hacer cumplir las cuarentenas ni tomar otras medidas para contener el brote». «Simplemente, Irán no puede permitirse detener su economía. Si las autoridades iraníes aplican un bloqueo total, el país se le revolvería», manifiesta Rizak. «Irán pagará un precio muy alto si no logra contener el brote. No solo los iraníes todos los países de la región pagarán un alto precio», lamenta el experto a la RAZÓN.

Para prevenir nuevas protestas en Irán, el Gobierno ha venido apoyando a las familias más pobres a través de transferencias de efectivo desde la semana pasada, pero no es suficiente ya que enfrenta un enorme déficit presupuestario. De hecho, el alcalde de Teherán, Pirouz Hanachi, reconoció recientemente que una cuarentena era «casi imposible de cumplir» porque el gobierno «no podría apoyar económicamente a las personas que no pueden trabajar».

Restricción de la libertad de movimiento

Ante el repunte de los casos mortales, el presidente Hasan Rohani anunció ayer que su Gobierno estaba listo para introducir nuevas restricciones para mitigar el brote. Dijo que las nuevas medidas se adoptarán durante 15 días y se «implementarán a fondo hasta el sábado 4 de abril», el día en que termina las vacaciones escolares de dos semanas por el Nowruz, el Año Nuevo persa.

El endurecimiento de las medidas, que entraron en vigor anoche, incluye, por primera vez en Irán, la restricción de movimientos y la prohibición de salir de las ciudades para tratar de detener la propagación del virus. «Este plan es estricto y creará dificultades y restricciones para viajar, y conminará a las personas que ya han viajado a regresar a casa más rápido», advirtió el presidente iraní.

Hasta ahora, Ias autoridades iraníes no ha decretado el confinamiento, y se han limitado a llamar a la población a quedarse en casa. Pero los iraníes han ignorado los avisos y cientos de miles de de personas cogieron el coche el fin de semana pasado y se fueron a pasar las vacaciones de Año Nuevo con su familia al campo, aumentando el temor de que se propague de la ciudad a las zonas rurales. Habrá que esperar si ahora se lo toman más en serio los iraníes y se suspenden los tradicionales picnics en el campo del festival de la primavera, el primero de abril.

A la desobediencia ciudadana y la incapacidad de las autoridades iraníes de contener la pandemia de Covid-19 se suman las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos. La Administración Trump afirma que sus sanciones no obstaculizan el comercio de medicamentos y humanitarios. Sin embargo, explica el analista como las sanciones impiden las transacciones financieras internacionales y el envío, «cualquier comercio, incluido el de medicamentos y equipo médico, es casi imposible».

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y varios países como China, Francia, Catar y Emiratos también han enviado a Teherán cargamentos de ayuda médica con mascarillas, trajes protectores y equipos de diagnóstico del coronavirus.

Organizaciones no gubernamentales como Médicos sin Fronteras (MSF), entre otras, también han enviado ayuda a Irán. MSF tenía previsto establecer una unidad de tratamiento para pacientes en estado crítico con COVID-19 con capacidad de 50 camas en el Hospital Amin en Isfahan, en la provincia central de Isfahan. Y además envió un equipo de emergencia compuesto por nueve médicos y especialistas en cuidados intensivos. Sin embargo, MSF ha denunciado que ha recibiendo una fuerte oposición de los círculos ultraconservadores y les han revocado el permiso para abrir el hospital y permitir trabajar al equipo médico ya que «les ven como espías».

En un comunicado, MSF ha asegurado que el propio Ministerio de Sanidad de Irán ha declarado que el país no necesita «capacidad adicional para gestionar los casos severos» de coronavirus.