Coronavirus

Reino Unido impone otras tres semanas de confinamiento

El Gobierno teme una caída del PIB del 30% en el segundo trimestre. Estudia que los jóvenes sean los primeros en volver al trabajo

El Gobierno británico, que en los inicios de la pandemia abogó por la polémica estrategia de “inmunidad colectiva”, anunció ayer que el confinamiento en el Reino Unido se extiende, al menos, por otras tres semanas más. Eso sí, como hasta ahora, los británicos podrán seguir saliendo a la calle una vez al día para realizar deporte al aire libre. Se trataba de una decisión más que esperada, ya que el país no ha llegado aún al pico de la pandemia. Al cierre de esta edición, el número de muertos en hospitales por Covid-19 ascendía ya a 13.729, con 861 víctimas en las últimas 24 horas.

En el Gabinete existen tensiones ante las consecuencias que desencadena la cuarentena en la economía. Según los datos que se manejan en Downing Street, la economía británica podría contraerse entre un 25% y un 30% durante los meses de abril y junio por los efectos del coronavirus. El temor a un desplome del Producto Interior Bruto (PIB) durante el segundo trimestres del año aumenta la presión.

En cualquier caso, el Grupo Asesor Científico sobre Emergencias (Sage, por sus siglas en inglés), el mismo que dicta ahora la estrategia del Ejecutivo, se reunió ayer en secreto, completamente ajeno a los datos que exponen ahora los economistas, y advirtió luego a los ministros que sería una completa “irresponsabilidad” relajar ahora las medidas. Aunque el Número 10 se niega a hacer públicos los nombres de los expertos, para proteger su identidad ante posibles presiones, Patrick Vallance, el asesor científico jefe del Gobierno, recalcó que todos ellos tienen gran experiencia en salud pública.

El titular de Exteriores, Dominic Raab, quien en teoría lleva ahora las riendas del Ejecutivo, fue el responsable ayer de anunciar la medida. En cualquier caso, se da por hecho que todo pasa primero por las manos del premier Boris Johnson, quien aún no se ha reincorporado a su puesto tras recibir el alta después de haber estado ingresado en la UCI en el hospital de St Thomas.

“Paso a paso, nuestro plan de acción está encaminado a ralentizar la propagación del coronavirus para que menos gente necesite tratamiento hospitalario”, declaró Raab durante la rueda de prensa diaria, en la que estuvo acompañado por el asesor médico y el científico del Gobierno, Chris Whitty y Patrick Vallance, respectivamente.

El jefe de la diplomacia británica recordó que, aunque el distanciamiento social está dando frutos, los asesores advierten de que las evidencias son aún “mixtas e inconsistentes” y reconoció que todavía no se han reducido “las tasas de infección tanto como querríamos”.

Cualquier cambio ahora en las medidas de distanciamiento social pondría aumentar significativamente las infecciones”, subrayó el titular de la diplomacia británica, quien insistió en que “cualquier relajación” de esas condiciones supondría un riesgo para “la salud pública y para la economía”.

Por ello, señaló que el Gobierno solo consideraría la desescalada del confinamiento cuando esté claro que el Servicio Nacional de Salud (NHS) “puede hacer frente” a la epidemia, haya "evidencia de una caída sostenida y constante en las tasas de mortalidad diarias" y "los datos fiables" muestren que la "tasa de infección cae a niveles manejables".

El Ejecutivo, agregó, también debe tener atados para llegar a ese escenario "ciertos desafíos operativos", como "garantizar test y cantidades adecuadas" de Equipos de Protección Personal para sanitarios y "estar seguros de que cualquier ajuste no provocará un segundo pico".

En cualquier caso, a pesar de las insistentes preguntas, Raab no ofreció más detalles sobre la estrategia a medio plazo que baraja Downing Street. Según los medios, el Número 10 simplemente aún no tiene hoja de ruta y el hecho de que el primer ministro se encuentre además en Chequers, la residencia de descanso al norte del Londres, no facilita las cosas.

Con todo, una de las medidas que están estudiando en Whitehall -donde se encuentran los ministerios- es que los trabajadores más jóvenes -que no estén viviendo con sus padres, para así evitar ponerles en riesgo- fueran los primeros en volver a sus puestos de trabajo.

Como hacer la desescalada

En este sentido, los funcionarios evalúan un estudio realizado por los economistas Andrew Oswald y Nattavudh Powdthavee, de la universidad de Warwick, que propone eliminar primero las restricciones para aquellos de entre 20 y 30 años -que no estén viviendo con mayores- estimando que esto liberaría a 4,2 millones de individuos que actualmente están atravesando importantes dificultades económicas y tendrían pocas posibilidades de enfermar gravemente si se contagian por Covid-19.

La unidad especial en el Número 10 que está evaluado las fórmulas para suavizar la cuarentena cuando sea posible podría utilizar las admisiones hospitalarias como mejor barómetro y, en el momento que descendieran, podría levantarse en bloqueo por edad, región o sector industrial. Con todo, no hay a día de hoy, ningún plan claro. Y, de momento, tampoco hay presión por parte de la ciudadanía para cambiar las cosas.