Coronavirus

El virólogo que frenó el Covid-19 en Véneto: “La OMS se ha convertido en un organismo burocrático y debe cambiar”

El italiano Andrea Crisanti defiende la “receta” que triunfó en Véneto: hacer el mayor número de test y mantener el confinamiento. El resultado menos de 1.000 muertos frente a los 11.600 de la vecina Lombardía

Andrea Crisanti llevaba años investigando la malaria en el prestigioso Imperial College de Londres. Había dejado atrás el departamento de Virología y Microbiología de la Universidad de Padua, pero cuando el 21 de febrero se encontró un foco de coronavirus en el municipio de Vo’Euganeo, en la provincia de Padua, las autoridades de la región lo trajeron de vuelta a Italia.

El Gobierno confinó Vo’Euganeo y las autoridades del Véneto decidieron hacer test a los 3.000 habitantes del municipio. Crisanti fue el responsable de coordinar una segunda ronda de pruebas y de recomendar el aislamiento de todos los positivos. Se le consideró el padre del ‘modelo véneto’, por el que la región adoptó una estrategia de controles masivos que han conseguido frenar el virus. En Vo’ ya no hay nuevos casos y en Véneto no llegan a mil los muertos, por los 11.600 de Lombardía, donde surgieron los otros focos. Hoy Crisanti señala que “las primeras directivas de la OMS fueron equivocadas” y eso contribuyó a empeorar el problema.

En una videoconferencia con un grupo de medios extranjeros en Italia, entre los que se encontraba LA RAZÓN, el profesor de parasitología molecular criticó ayer que “la OMS recomendó en un primer momento hacer pruebas únicamente a personas asintomáticas o a quienes volvían de China”. “Fueron a China a hacer inspecciones, pero me gustaría saber qué estudiaron. No sólo yo opino que se trata de una organización burocratizada. Tiene un valor que hay que defender, pero después de lo que ha sucedido hay que cambiarla”, opina.

Ante el modelo de la OMS, que según él “ha cambiado de criterio en muchas ocasiones”, el científico propone aplicar a gran escala el experimento de Vo’. Esto es, realizar el mayor número de test posible para determinar el alcance de la epidemia. “El país no está preparado para retirar las medidas de aislamiento aplicadas. No se ha hecho una valoración del riesgo, falta calcular la incidencia de la enfermedad. Nos llegan los datos que da Protección Civil, pero mucha gente llama a los teléfonos, les dicen que se queden en casa y ni se cuentan ni los aislamos”, manifiesta.

Su receta es ir casa por casa para hacer pruebas a los sospechosos, sus familiares y sus vecinos. Y en caso de positivo, lo ideal sería que acudieran a centros especializados o al menos que estuvieran en casa encerrados. En Véneto hay unas 15.000 personas recluidas de este modo en sus domicilios.

“Es necesario aumentar la capacidad de hacer test diagnósticos. En Véneto tenemos sólo un 3% o 4% de tasa de mortalidad, mientras que en Lombardía es mucho más alta, simplemente porque hemos hecho más pruebas. De ellos sólo conocemos la punta del iceberg, no es que el virus sea más agresivo”, asegura.

Pruebas

Recomienda las pruebas de laboratorio, aunque tampoco descarta los análisis serológicos -mediante análisis de sangre- para tener una idea aproximada de los contagios. “Estos test tienen la ventaja de ser rápidos y baratos, pero resultaría una estupidez hacer diagnósticos con ellos y entregar un carné de inmunidad”, asevera. Se refiere a una especie de salvoconducto que están planteando algunos países para quienes pasen las pruebas.

Los test miden los anticuerpos que genera el organismo, pero los científicos desconocen si esos anticuerpos son efectivos en caso de que se presente de nuevo el virus y qué duración tendría la supuesta inmunidad.

Además de hacer un análisis más extenso de la población contagiada, Crisanti recomienda extremar las precauciones para pensar en una reapertura gradual. “Sólo podemos pensar en relajar las medidas, una vez que esté asegurado para todo el mundo el uso de mascarilla y guantes”, afirma. “Me parece un precio que se puede pagar para reactivar nuestras economías", añade. El virólogo asesora actualmente al presidente del Véneto, Luca Zaia, que pide una vuelta a la actividad antes que el resto de Italia. Crisanti no tiene línea directa con el Gobierno.