Boris Johnson

Johnson alerta de que es pronto para la desescalda y pide "no echar por la borda el sacrificio”

En su primera comparecencia en las puertas de Downing Street tras superar el coronavirus, el “premier” británico advierte de que la situación todavía es “de máximo riesgo”

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Boris Johnson protagonizó este lunes su esperado regreso. Con buen aspecto y su énfasis habitual, el primer ministro ofreció un mensaje a la nación a las puertas de Downing Street. Lo hizo a primera hora de la mañana, como si tuviera ansia por recuperar las más de tres semanas que ha tenido que estar ausente por su particular lucha contra el covid-19, que le llevó incluso a pasar por la UCI. “Lo siento, he estado fuera de mi puesto por mucho más tiempo de lo que me hubiera gustado”, señaló.

Su reincorporación podría ser la mejor metáfora de cómo Reino Unido, poco a poco también va recuperándose del brote, desde que el pasado 23 de marzo se impusiera la cuarentena. En efecto, los expertos han confirmado que se ha llegado al pico. En este sentido, existe gran presión ahora sobre el Ejecutivo para implementar la estrategia de desescalada.

Sin embargo, Johnson pide cautela y advierte que las medidas de confinamiento, impuesto de momento hasta el próximo 7 de mayo, aún no pueden ser suavizadas, ya que de otra manera se corre el gran riesgo de sufrir un segundo pico aún más mortífero. “Os pido que contengáis la impaciencia porque creo que estamos llegando al fin de la primera fase de este conflicto”, señaló.

Comparando la lucha contra el Covid-19 con un combate contra un “asaltante físico, inesperado e invisible”, el “premier” recalca que Reino Unido se encuentra ahora en un “momento en el que lleva la ventaja”, aunque “también es el momento de máximo riesgo”.

Según los últimos datos oficiales, el número de muertes en hospitales asciende ya a 21,092. En las últimas 24 horas, han fallecido 360 personas, aunque los lunes los datos no son rigurosos porque durante el fin de semana no hay tanto personal para los registros.

El “premier” -que presidió hoy la reunión habitual sobre la crisis del Covid-19- admitió que comparte la inquietud de las empresas y el comercio, pero recalca que no está dispuesto a tirar por la borda “los esfuerzos y el sacrificio de la población británica”.

En este sentido, dijo comprender "cuán difícil y estresante ha sido dejar temporalmente las libertades básicas" y seguir adelante mientras se tiene a los niños en casa y, al mismo tiempo, cumplir con el trabajo desde el domicilio. Pero insistió en el riesgo de que haya un segundo fuerte aumento de los contagios, lo que supondría un "desastre económico".

Su círculo más cercano -con el que habló el viernes pasado- ya había advertido que Johnson se ha convertido en un “hombre más cauto”. De hecho, durante la videoconferencia con su equipo la semana pasada, el “premier”, que siempre acude a los clásicos en momentos de crisis, citó a Cicerón, el filósofo romano, parafraseando el “Salus populi suprema lex esto” (la salud y el bienestar del pueblo debe ser la ley suprema).

La cuestión es hasta cuánto va a durarle esta actitud porque su Gabinete está completamente dividido entre los frentes liderados por el ministro de Sanidad, Matt Hancock -que en todo momento defiende que “la obligación del Gobierno es garantizar la seguridad de la ciudadanía”- y el Chancellor, Rishi Sunak -que mira con estupor el informe del Fondo Monetario Internacional, que vaticina un desplome de la economía británica de un 6% en 2020, frente al crecimiento del 1,5% del año pasado-.

El Gobierno británico admite desde hoy una pregunta diaria de la ciudadanía, seleccionada anónimamente por una empresa demoscópica en las ruedas de prensa diarias ofrecidas en Downing Street. La de ayer fue: “¿Podré abrazar a mis nietos cuando se levante el confinamiento?”.

Con el coronavirus, al fin y al cabo, la clave siempre ha sido la de suministrar oxígeno. La difícil ecuación, sin embargo, viene ahora, cuando hay que encontrar el balance adecuado entre suministrarlo a los pacientes y la economía. Muchos expertos advierten que la temida recesión podría acabar costando más vidas. Pero, al mismo tiempo, ningún Gobierno quiere dar un paso en falso arriesgándose a provocar un segundo pico.

Diálogo nacional

En cualquier caso, el “premier” recalcó que se esforzará ahora en lograr un consenso nacional, al que abrió la puerta a empresarios y oposición, para diseñar la hoja de ruta a medio plazo e ir retomando poco a poco a normalidad. A lo largo de los próximos días, podrán irse conociendo los detalles de esta estrategia, donde el Gobierno, según recalcó Johnson, tomará la decisiones con la “máxima transparencia”.

En la oposición en Westminster, ya no está un impopular Jeremy Corbyn, sino un moderado Keir Starmer que, desde que se convirtió en líder laborista a inicios de abril, ha ido atrayendo -según las encuestas- a votantes de los Liberal Demócratas y los Verdes.

Starmer -quien tiene el título de Sir por su excepcional carrera como abogado antes de meterse a política- ha apoyado durante estas semanas la decisiones del Ejecutivo para tener a los británicos encerrados en casa. Con todo, durante el fin de semana escribió una carta al primer ministro donde advierte que el Gobierno corre el riesgo de “quedarse atrás del resto del mundo” si se niega a discutir un plan de salida.