Coronavirus

El virus dispara el desempleo en EE UU al 14,7%, a niveles de la Gran Depresión

“No es una sorpresa. Todo el mundo lo sabe. Ni siquiera los demócratas me están culpando por eso”, se defiende Trump

El desempleo en Estados Unidos se disparó en abril hasta alcanzar una tasa del 14,7 %, como consecuencia de la pandemia del coronavirus que ha provocado la destrucción de más de 20 millones de empleos, según el Departamento de Trabajo. En un mes, el paro ha pasado del 4,4 % de marzo al 14,7 %, el mayor incremento de este indicador hasta la fecha y lo sitúa en niveles no vistos desde la Gran Depresión de la década de 1930.

“No es una sorpresa. Todo el mundo lo sabe. Ni siquiera los demócratas me están culpando por eso”, dijo en una entrevista en la cadena conservadora Fox en referencia al partido de oposición. “Hemos tenido que cerrar la economía artificialmente”, explicó Trump, que se enfrenta a las elecciones de 2020 con una situación económica muy dura.

Trump nunca ocultó la pobre impresión que le merecen los fenómenos globalizadores. Sus discursos de índole nativista y sus apelaciones al proteccionismo encendieron siempre la veta más nacionalista de un electorado que ha sufrido mucho estos años, con buena parte de los viejos trabajos y las viejas fábricas en bancarrota, incapaces de competir con las condiciones de países como China.

Toda esta retórica resulta más necesaria que nunca ahora que las cifras del paro están ya en un terreno propio de la Gran Depresión. Y no faltan los economistas que avisan que incluso cuando pase la epidemia, incluso suponiendo que en otoño o invierno no haya nuevos brotes, la economía de EE UU será incapaz de recuperar cerca del 50% de los puestos de trabajo perdidos durante estos meses aciagos.

La recuperación será lenta y la latencia de nuevos y devastadores epidémicos un fantasma demasiado evidente como para que el presidente rechace el caramelo del discurso más incendiario. Importa la situación económica, las relaciones bilaterales, la gestión de la crisis. Pero también la voz de los sondeos, que retumba feroz en un Despacho Oval acuciado de urgencias.