China

Nada puede fallar: China impone test negativos y mascarillas para su gran acto político

Xi Jinping busca ofrecer una imagen de normalidad al mundo con la reunión de 3.000 delegados en la Asamblea Nacional Popular

Si hay algo que Pekín quiere transmitir al mundo con la celebración de la Asamblea Nacional Popular (APN) es que China ha vuelto a la normalidad y ha vencido a la epidemia de COVID-19. Aunque poco a poco se van relajando en el país las estrictas medidas que han permitido ese triunfo, los 3.000 asistentes al evento que hoy arranca han pasado por aislamiento, se han sometido a la prueba del COVID-19 y deberán portar mascarillas durante las sesiones. Todo con el objetivo de que no se produzcan infecciones en un encuentro que, por el mismo motivo, durará este año una semana en lugar de las habituales dos.

A diferencia de otras ocasiones, se ha limitado aún más la presencia de diplomáticos y de prensa local y extranjera, para los que también ha sido requisito indispensable presentar la prueba en negativo. Con menos ruedas de prensa y entrevistas realizadas a través de videoconferencias, la APN pondrá el acento en la posibilidad de volver a la normalidad, pero sin bajar la guardia en una nación que hasta la fecha ha registrado 82.967 casos y 4.634 fallecidos, según las cifras oficiales.