Líbano

La crisis económica incendia de nuevo las calles de Líbano

El Gobierno celebra una reunión de urgencia para buscar una salida a la caída de la libra libanesa

El colapso de la libra libanesa, que ayer batió el record de cotización a 7.000 por dólar en el mercado negro, ha sacado de nuevo a los libaseses a las calles para protestar por la crisis económica y contra la mala gestión del Gobierno de Hasan Diab.

Tras una noche de violencia en todo el país que llevó a los manifestantes a instalar barricadas, quemar contenedores, cajeros automáticos, e incluso saqueo de sucursales bancarias, el Ejecutivo libanes se ha reunido hoy de urgencia para buscar una solución a corto plazo, que calme la ira en las calles.

En la sesión plenaria en el Gran Serrallo, el Palacio de Gobierno, sus señorías prometieron que bajarán el cambio a 3.200 libras por dólar, aunque no explicaron que medidas podrán obrar el milagro. El presidente del Parlamento, Nabih Berri, salió a la palestra para tranquilizar a los ciudadanos y declaró que el objetivo es "reducir el cambio del dólar estadounidense a partir de hoy a menos de 4.000 hasta llegar a 3200”.

Pero el ambiente en las calles está muy caldeado y ya hay voces que piden la dimisión de Diab. Las renovadas protestas coinciden con las manifestaciones de la vecina Siria, que también enfrenta protestas sociales por la devaluación de la libra Siria y el alza de los precios en los productos básicos. “Lo que afecta a la libra libanesa afecta a la libra siria, y viceversa. Son como gemelas”, señaló Mahmud Murad, del sindicato de Casas de Cambio. En Siria, la gente está comprando dólares para protegerse contra la inflación y contra el efecto de las inminentes sanciones estadounidenses, lo que afecta al suministro de dólares en Líbano.

La relajación de las medidas de confinamiento no ha relajado las facturas que tiene que pagar los libaneses que muchos han perdido sus empleos, la tasa de paro se sitúa en el 30%, o no han cobrado tras cuatro meses de confinamiento por la pandemia del Covid-19. De hecho, hoy se han reportado 20 nuevos casos de contagios y los médicos han alertado que se podría propagar el coronavirus si no se guarda la distancia social en las manifestaciones que, de hecho, no se está cumpliendo ni tampoco el uso de mascarillas.

Pero cuando un país ha doblado su numero de pobres hasta llegar a un 45% bajo el umbral de la pobreza, y aquellos que tenían ahorros en los bancos van viendo cómo poco a poco el dinero pierde su valor, el coronavirus queda relegado a un segundo plano. A diferencia de las protestas del sábado pasado que reflejaron tintes sectarios y hubo varios enfrentamientos entre suníes y chiíes, esta vez se han unido por el bien común. Una turba de motoristas de Dahiyeh, suburbios de Beirut, y feudo de Hezbulá llegaron al “ring”, la circunvalación del centro y por sorpresa de muchos corearon lemas de “suníes y chiíes, todos juntos”.

Un manifestante que se declaró partidario de Hezbolá dijo a LA RAZÓN que “EE UU tiene la culpa. Quiere debilitarnos, quiere hundir Líbano y no va a parar. Ellos han hundido la libra para debilitar a Hizbulá”. Sin duda, las nuevas sanciones occidentales, conocidas como la Ley Cesar, que entrará en vigor próximamente en Siria, afectan directamente a los socios del régimen sirio, principalmente Irán y la milicia chií libanesa.

En una reunión posterior del Gobierno en el palacio presidencial de Baada, el presidente de Líbano, Michel Aoun, anunció que el Banco de Líbano (BDL) "implementará una medida el próximo lunes que se basa en alimentar el mercado en dólares”, y enfatizó que con ello se supone que “el tipo de cambio disminuirá gradualmente”, sin especificar cuánto dinero se inyectará o por cuánto tiempo. A este respecto, solo el gobernador del BDL, Riad Salameh, sabe la respuesta de hasta cuando el Banco Central podrá proporcionar liquidez al mercado local.

La volatilidad de la libra deriva de una aguda escasez de dólares en la economía local y el colapso financiero tras la pérdida de 83.000 millones de dólares del Banco Central. Además el Gobierno se vio obligado a incumplir parte de su deuda de eurobonos y reestructurar los 90.000 millones de dólares restantes que le debe a los acreedores, incluidos muchos bancos locales. Las reservas declaradas del BDL ascienden a 22.000 millones de dólares que son necesarios, a su vez, para garantizar importaciones esenciales por un valor de 6.000 millones de dólares anuales.

Por segunda noche consecutiva, miles de libaneses saldrán a las calles de todo el país a protestar contra la crisis económica.