Internacional
Seis víctimas con la huella del asesino de «Maddie»
Christian Brückner, en la diana. La Policía de media Europa reabre una serie de casos de niñas desaparecidas sin resolver y que podrían estar relacionados con el depredador sexual alemán investigado
Christian Brückner, el sospechoso señalado por la Fiscalía alemana como autor de la desaparición de la niña británica Madeleine McCann, podría ser el responsable de otros misterios sin resolver. Así lo cree la Policía de media Europa, que está investigando si las desapariciones de varios niños o los asesinatos y violaciones de mujeres guardan algún vínculo con el depredador sexual de 43 años, que cumple condena en una prisión de Alemania.
La posibilidad, a la que ahora se aferran los padres de varios niños a los que se perdió el rastro, ha llevado a varios investigadores a reexaminar algunos casos mientras las familias aguardan a que por fin se haga justicia.
Además del caso de Madeleine, se están investigando otros seis casos. Todo empezó a encajar poco después de que la Fiscalía le señalara como el principal sospechoso de la desaparición y asesinato de la niña británica de tres años, aunque hace unos días la oficina del Ministerio Público aclaró que no hay evidencias suficientes y por eso lanzaron un llamamiento a la colaboración ciudadana para recabar datos que puedan esclarecer el caso y enfocar la investigación hacia aquellos lugares donde encontrar el cuerpo de la niña.
Brückner se encuentra actualmente en prisión por violar brutalmente y golpear a una mujer estadounidense de 72 años en su apartamento del Algarve en mayo de 2007. Anteriormente fue condenado por abuso sexual infantil, pero los fiscales alemanes sospechan que llevó a cabo otros crímenes por Europa.
Así, los investigadores han vuelto a abrir el sumario de Inga Gehricke, la niña de cinco años que desapareció en 2015 durante una excursión familiar en un bosque en el norte de Alemania. La también conocida como «Maddie alemana» estaba recogiendo leña para una fogata con otros niños cuando fue vista por última vez. De poco sirvió su búsqueda. Nadie volvió a ver a Inga y los investigadores sospechan que fue secuestrada en lo que se calificó como una desaparición «inexplicable e increíble».
Nueve meses después de su desaparición, la Policía allanó la destartalada granja de Brückner, a unos pocos kilómetros del bosque, pero no hallaron evidencias para acusarle. Ahora «Der Spiegel» asegura que se encontró ropa de niña en su caravana y que, en aquel entonces, Brückner escribió a un conocido para decirle que sentía el deseo de «cazar algo pequeño y utilizarlo durante días». Asimismo, el abogado del padre de Inga afirmó que la Policía encontró memorias USB con imágenes de niños siendo abusados sexualmente y aseguró que en la granja había un «olor a cadáver». Varios perros fueron encontrados muertos, algunos de ellos enterrados. Ahora los padres de Inga han pedido a la Policía que interrogue a Brückner.
Pero hay más. El cuerpo policial alemán está reinvestigando el secuestro y asesinato de «Peggy» Knobloch, quien fue encontrada muerta 15 años después de su desaparición. «Peggy» desapareció en Baviera, cuando regresaba a su casa desde la escuela, en mayo de 2001, casi seis años antes de la desaparición de Madeleine. Los restos de «Peggy» no se descubrieron hasta julio de 2016, cuando unos recolectores de setas encontraron huesos humanos en un bosque a nueve millas de su casa. Ahora, los investigadores analizan si su asesinato tiene conexión con Brückner.
También el padrastro de Joana Cipriano pidió a la Policía que interrogue a Brückner sobre la desaparición de la niña hace 16 años. Joana tenía ocho años cuando desapareció de Figueira, cerca de donde Madeleine fue secuestrada. Su cuerpo nunca fue encontrado. Goncalo Amaral, el detective que dirigió la investigación fallida sobre la desaparición de Madeleine, dirigió la investigación del asesinato de Joana. Falsificó documentos policiales y fue sentenciado a 18 meses. Asimismo, la madre de Joana y su tío fueron condenados por asesinato y pasaron casi dos décadas tras las rejas, aunque ambos insistieron en su inocencia.
El cuerpo mutilado de Carola Titze fue encontrado en las dunas de De Haan, donde estaba de vacaciones con sus padres, en julio de 1996. Un caso para el que la Policía belga ve ciertos vínculos con el depredador. De hecho, la joven de 16 años desapareció seis días después de conocer en una discoteca a un misterioso hombre alemán que nunca fue localizado. «Esperemos que la investigación alemana pueda proporcionar mayor claridad», aseguró hace solo unos días el alcalde de De Haan, Wilfried Vandaele. También la Policía holandesa está trabajando junto a sus homólogos alemanes para averiguar si Brückner estuvo involucrado en la desaparición de Jair Soares que desapareció, con apenas siete años, durante un viaje a una playa cercana a la ciudad de Monster en agosto de 1995. A diferencia de los otros casos, Brückner fue investigado por la desaparición de Renee Hasee, de seis años, durante unas vacaciones en el Algarve, en junio de 1996. No había pruebas que lo vincularan y nunca fue acusado.
En declaraciones al periódico británico «The Sun», el padre de René aseguró que «no tiene dudas» de que los casos de Madeleine y su hijo están relacionados. Asimismo, un padre británico cuya hija desapareció en Alemania hace 19 años quiere que la Policía interrogue a Brückner sobre su paradero. La estudiante de enfermería Louise Kerton fue vista por última vez en Alemania en julio de 2001, poco antes de tomar un tren desde la ciudad de Aquisgrán. Su padre nunca perdió la esperanza de descubrir qué le sucedió a su hija.
Por último, Hazel Behan, una irlandesa que sufrió una violación en Portugal en 2004 ha pedido a las autoridades que analicen su caso. En una entrevista, relata que fue violada en su apartamento de la localidad portuguesa de Praia da Rocha, no muy lejos del lugar donde Maddie desapareció.
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