Beirut

El FBI se suma a la investigación de la explosión en Beirut

El Parlamento aprueba extender el estado de emergencia por dos semanas más, lo que otorga poderes amplios y especiales al ejército

Primero fue el presidente francés, Emmanuel Macron y ahora el subsecretario de Estado de Estados Unidos para los asuntos políticos, David Hale, quien de visita en Beirut ha anunciado que Oficina Federal de Investigación FBI se unirá a una investigación internacional sobre las causas de la explosión del puerto de Beirut, ante la falta de transparencia de las autoridades libanesas.

Hale llegó ayer a Beirut para ofrecer sus condolencias al pueblo libanés por la perdida de los seres queridos en la explosión, pero también llevaba un maletín cargado de reclamaciones para el gobierno, en funciones, con el que se reunirá en los próximos dos días. Al igual que hizo Macron, el número tres de la diplomacia estadounidense y ex embajador del Líbano hasta 2015, caminó por las calles devastadas del centro de Beirut.

El alto responsable estadounidense llamó a los libaneses a seguir trabajando juntos con el objetivo de “hacer las reformas necesarias para traer la transformación” que necesita el país y abogó por el final de gobiernos disfuncionales y de promesas incumplidas”.

"Estamos verdaderamente en vías de restaurar lo que, creo, todos los libaneses quieren ver, que es un Líbano dirigido por el pueblo libanés y satisfacer sus ambiciones y sus necesidades, no las de otros", sentenció.

Pero sus encomiendas no parecen ser atendidas por las autoridades libanesas. El primer ministro dimisionario seguirá en el cargo hasta que encuentren sustituto y lo mismo para los 20 ministros de su gabinete. La corruptela política empieza en el primer diputado y llega hasta el presidente Michel Aoun, quien ha reconocido en público que conocía la existencia de las casi 3000 toneladas de nitrato de amonio, almacenado en el puerto desde dos semanas antes de la explosión.

El parlamento libanés celebró este jueves una sesión para extender el estado de emergencia por dos semanas más, lo que otorga poderes amplios y especiales al ejército y las fuerzas de seguridad. Esta medida excepcional, que es un duro golpe a las libertades y derechos civiles, dará manga ancha a las fuerzas del orden para disolver protestas o detener a manifestantes, temen las organizaciones de derechos humanos.

Para la organización libanesa Legal Agenda, esa medida podría "atentar contra la libertad de manifestación" y permitiría al ejército "impedir las reuniones consideradas como una "amenaza a la seguridad".

Las violentas manifestaciones que empezaron el sábado pasado y llevaron a la renuncia en bloque del ejecutivo libanés causaron más de un millar de heridos en enfrentamientos con la policía antidisturbios que ha recurrido al uso extremo de la fuerza lanzado directamente al cuerpo de los manifestantes los cartuchos de gases lacrimógenos, y pelotas de goma. Muchos han tenido que ser atendidos en los hospitales, no afectados por la explosión, y los heridos graves han sido intervenidos de urgencia.

“Hemos vivido el horror de los heridos de la explosión y ahora desde el sábado hemos recibido más de 50 heridos por las protestas. Algunos en estado grave los hemos tenido que operar de urgencia porque peligraba su vida. Nunca he visto algo así”, denunció a LA RAZÓN un cirujano del hospital Hotel Dieu, que pidió mantener su anonimato.

Uno de estos heridos graves es Mariam Khoury que tuvieron que operarla de vida o muerte por la esquirla de un cartucho que le atravesó el abdomen y casi le perfora el estómago.

Cuando vi la explosión y la destrucción y las muertes no pude contener mi ira y bajé a la plaza de los Martires a manifestarme. De repente note que algo me quemaba por dentro. Vi alrededor a gente sangrando. Perdí el conocimiento, no se como llegué al hospital”, explicó Khoury, desde la cama del hospital donde sigue ingresada.