Covid-19

La fiesta fetichista que desafió a la covid en el corazón de Berlín

La policía disolvió una celebración con 600 personas en una «zona caliente» de Alemania por la expansión del virus

La Policía en las calles de Berlín
La Policía en las calles de Berlínlarazon

Con trajes de cuero y látigos. Así iban ataviados algunos de los alrededor de 600 asistentes a una fiesta fetichista que la policía disolvió en Berlín el sábado por la noche. El portavoz de la policía en la capital alemana, Winfrid Wenzel, explicaba que se trató de «una gran fiesta en la que se desacataron todas las reglas de higiene actuales» para el control de la pandemia.

Berlín, capital conocida mundialmente por sus clubs nocturnos, mantiene éstos cerrados desde la pasada primavera a causa del elevado riesgo de contagio que suponen y porque durante la primera ola buena parte de contagios en la capital se produjo en las discotecas. La fiesta del sábado se producía en el barrio de Mitte, una de las «zonas calientes» del país, que registra más de 200 contagios por cada 100.000 habitantes en la última semana.

La capital alemana fue declarada zona de riesgo por el Instituto Robert Koch tras sobrepasar las 50 infecciones por cada 100.000 habitantes hace dos semanas. El senado de Berlín impuso el cierre de todos los locales a partir de las 23 horas, así como la venta de alcohol. Asimismo es obligatorio el llevar la mascarilla también al aire libre en lugares transitados. Desde este fin de semana controlan 1.000 policías adicionales el cumplimiento de las medidas en la capital. Sin embargo, las medidas parecen no ser suficientes, ya que la incidencia en la capital no ha parado de aumentar y el sábado la ministra de Sanidad anunciaba que el rastreo en la ciudad había dejado de ser posible por el número de casos y el colapso en el seguimiento de los mismos en las oficinas de sanidad.

La fiesta no ha sido el único incidente en el que la policía tuvo que actuar este sábado: desconocidos arrojaron un objeto incendiario contra la fachada del Instituto Robert Koch, rompiendo una ventana, aunque un incendio mayor pudo ser evitado por los trabajadores de seguridad. La institución es el principal centro de investigación que aconseja al Gobierno alemán en su política anticovid. La apatía de una parte de la población contra las medidas de control de la pandemia quedaba de nuevo de manifiesto este domingo con dos manifestaciones en las que volvieron a participar negacionistas de la pandemia junto a ciudadanos que temen perder sus trabajos o la crisis económica asociada a los confinamientos.

Alemania no confinó su población de manera tan estricta como otros países en abril, pero ello se debió a que no registraba tantos contagios como sus vecinos europeos. En la región bávara de Berchtesgardner Land se registraba a principio de semana una incidencia de 270 contagiados por cada 100.000 personas, por lo que se decidió un confinamiento y control perimetral del lugar similar al de España en abril.

En las últimas semanas los contagios han aumentado por todo el país llegando a contabilizarse hasta 14.000 contagios al día esta semana, la cifra más alta de toda la pandemia, por lo que no se descarta un nuevo confinamiento.

En las últimas dos semanas el país ha doblado el número de pacientes en UCI llegando a los más un millar actuales. A pesar de que hay muchas camas de cuidados intensivos libres, los expertos avisan de que no hay suficiente personal para atender todas las camas de que en teoría dispone el país.

La situación es tan alarmante que ni siquiera con medidas de seguridad está garantizada la celebración de los congresos del partido de La Izquierda, Die Linke, ni tampoco el de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), planeado para diciembre y en el que se elegiría al candidato sucesor de la canciller Angela Merkel a las elecciones de 2021.