Coronavirus

Primer día de cuarentenas forzosas en Inglaterra con un coste de 2.000 euros

Pasajeros de Portugal, Sudáfrica o Brasil deben aislarse a partir de hoy en una habitación durante diez días o enfrentarse a multas de 12.000 euros o penas de 10 años de prisión

Una pasajera obligada a mantener la cuarentena en el hotel Radisson Blu Edwardian de Heathrow se asoma a la ventana con un gesto de desaprobación por la medida adoptada por el Gobierno británico
Una pasajera obligada a mantener la cuarentena en el hotel Radisson Blu Edwardian de Heathrow se asoma a la ventana con un gesto de desaprobación por la medida adoptada por el Gobierno británicoDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

El Gobierno de Boris Johnson quiere blindar al Reino Unido ante la pandemia. Y para ello ha endurecido, aún más, las restricciones para los pasajeros. Desde este lunes, los británicos y residentes, así como los irlandeses, que lleguen al país procedentes de una lista roja de 33 destinos considerados de riesgo ante las nuevas variantes del virus -entre ellos, Portugal, Sudáfrica y Brasil- deberán permanecer en cuarentena en hoteles designados por las autoridades. A los turistas ni se les menciona con estas nuevas medidas ya que desde hace tiempo tienen prohibida la entrada en el país.

Los pasajeros tienen que pagar de su propio bolsillo las 1.750 libras (alrededor de 2.000 euros) del alojamiento y desplazamiento. La tarifa adicional por adulto o un niño mayor de 12 años es de 650 libras (800 euros) y para un menor de entre 5 a 12 años es de 325 libras (375 euros). Los que no cumplan las normas, anunciadas ya la semana pasada, se enfrentan a multas de hasta 12.000 euros y aquellos que mientan sobre su itinerario de viaje pueden ser incluso condenados a 10 años de prisión. En definitiva, nadie se atreve ahora a burlar al sistema.

La PCR negativa ya no es suficiente

Los primeros pasajeros que llegaban ayer a los aeropuertos mostraban su malestar, asegurando que para poder viajar, ya les exigen un PRC negativo realizado 72 horas antes. Pero para el Gobierno eso ya no es suficiente. Es más, el nuevo régimen implanta otras dos pruebas más a la llegada: los días dos y ocho de su período de cuarentena de 10 días. Las pruebas también deben costearse de manera individual y ascienden a las 210 libras (241 euros). Los que se nieguen a realizarse los nuevos test se enfrentan a multas de 2.000 libras (2.300 euros).

Las medidas se aplican en Inglaterra, que es donde el Gobierno central tiene competencias sanitarias. Escocia, Gales e Irlanda del Norte deciden sus propias reglas. Y el Ejecutivo de Edimburgo aplicará las restricciones a cualquier pasajero, no solo los provenientes de la lista roja.

Pese a que las aerolíneas llevaban días advirtiendo de posibles retrasos en los controles, la jornada de ayer transcurrió con normalidad. A lo largo de hoy, no se habían registrado incidentes con el personal de seguridad encargado de escoltar a los pasajeros hasta los hoteles.

58.000 habitaciones para las cuarentenas

El Ejecutivo quiere reservar 58.000 habitaciones cerca de aeropuertos y puertos. Pero hoy solo tenía 16 hoteles designados, lo que supone 4.963 habitaciones. El Gobierno está tratando de tener los alojamientos de forma exclusiva por un período inicial de 45 días hasta el 31 de marzo, pero espera que la medida se extienda de manera continua más tiempo, con un límite de tarifa diaria entre 50 y 80 libras por un habitación y tres comidas al día. Y los hoteles no están dispuestos a llegar a un acuerdo a menos que sean compensados por los ingresos que obtendrían de las reservas para julio y agosto.

Y es que, tal y como está transcurriendo la exitosa campaña de vacunación, se espera que para verano se permitan de nuevo los viajes. Las autoridades han conseguido el gran objetivo de tener ya a más de 15 millones de británicos con la primera dosis. Tras ofrecer la vacuna a los cuatro principales grupos de riesgos, el Gobierno comenzó ayer con la segunda fase para mayores de 65 años y más vulnerables de a partir de 16 con complicaciones clínicas.

Presión para aliviar el confinamiento

Johnson tiene mucha presión por parte de sus propias filas para comenzar a aliviar el actual confinamiento. No será hasta el próximo lunes cuando el primer ministro dé a conocer su hoja de ruta. Aunque ayer ya pidió cautela.

“Queremos que este confinamiento sea el último”, expresó en una rueda de prensa desde su residencia oficial de Downing Street. “La campaña de vacunación está siendo un logro nacional sin precedentes”, celebró Johnson, quien advirtió al mismo tiempo de que “todavía no hay suficientes datos sobre la efectividad exacta de las vacunas a la hora de reducir la expansión de las infecciones” como para anunciar las fechas exactas en las que se podrán levantar restricciones.

“Hay motivos para tener confianza, pero la vacunación solo lleva en marcha unas pocas semanas”, subrayó el primer ministro, quien espera que a finales de abril todos los mayores de 50 años hayan tenido la oportunidad de recibir la primera inyección.

Reapertura de colegios el 8-M

El líder tory aseguró que las decisiones para suavizar las restricciones se tomarán durante la próxima semana, a la luz de los datos más actualizados sobre la evolución de la epidemia en el Reino Unido. Aunque espera poder reabrir de nuevo los colegios el próximo 8 de marzo.

“No hay ningún programa de vacunación que conozcamos que sea efectivo al 100% y proteja de la enfermedad a todo el mundo. En este momento todavía no podemos cuantificar con precisión cuánto va a decrecer la incidencia de la pandemia”, sostuvo Johnson. “Tristemente aún hay muchas personas que están muriendo y los contagios, aunque se ha reducido sieguen siendo altos (hay 23.000 hospitalizados, más que el pico de abril), por lo tanto tenemos que ser prudentes. A la hora de relajar las restricciones queremos un progreso cauto pero irreversible”, matizó.