Reino Unido
Johnson acelera la desescalada y abre la puerta a un «carné covid»
Los comercios no esenciales reabrirán el 12 de abril y el Gobierno británico ofrece dos test gratuitos a la semana
Boris Johnson confirmó este lunes que el plan de desescalada para Inglaterra continúa como estaba planeado. El próximo lunes 12 de abril, los ingleses podrán volver a disfrutar de un gran número de servicios que permanecían cerrados desde que comenzara un nuevo confinamiento en enero.
Todos los comercios no esenciales, como tiendas o peluquerías, podrán volver a abrir sus puertas. También podrán hacerlo algunos centros de ocio como gimnasios, bibliotecas o zoológicos y la hostelería, uno de los sectores más afectados este último año, podrá tomarse un ligero respiro, ya que se permitirá la reapertura de las terrazas y espacios al aire libre.
El Gobierno británico ha confirmado este nuevo paso hacia la reapertura total debido a la mejora en el número de casos y, sobre todo, gracias al exitoso plan de vacunación, al que Johnson y su Gobierno nunca pierden la oportunidad de elogiar. Hasta el momento, 31,6 millones de británicos ya han recibido la primera dosis de la vacuna, mientras que 5,4 millones ya cuentan también con la segunda.
Otras cifras que han animado al Ejecutivo británico a seguir con el plan establecido han sido, por ejemplo, el número de muertes, con apenas 47 diarias actualmente, o el de hospitalizados, con menos de 5.000, cuando a finales de enero superaron los 35.000.
Además del plan de vacunación y el confinamiento, el plan de Downing Street pasa también por ampliar el programa de testeo y seguimiento. Con este objetivo, a partir del próximo viernes entrará en vigor un nuevo plan bastante ambicioso, gracias al cual todos los residentes en Inglaterra podrán tener acceso a dos test rápidos de antígenos cada semana de forma totalmente gratuita. Aunque actualmente este tipo de pruebas rápidas ya son muy utilizadas en Reino Unido –se estima que cada día se estarían realizando alrededor de un millón de estos test rápidos–, hasta ahora se han empleado principalmente en centros escolares o en lugares de trabajo para rastrear.
Esta ampliación pretende detectar, sobre todo, a aquellos infectados que sean asintomáticos, algo vital para el ministro de Sanidad británico, Matt Hancock. «Alrededor de una de cada tres personas infectadas por covid-19 no tiene síntomas, por lo que mientras reabrimos la sociedad, estos test rápidos van a ser fundamentales para ayudarnos a detectar nuevos casos y combatir brotes», explica.
Estos test de antígenos, también denominados de «flujo lateral», proporcionan resultados en unos 30 minutos y estarán disponibles en los centros de testeo habituales, en numerosas farmacias o incluso podrán solicitarse por correo. Aquellas personas cuyo resultado sea positivo en coronavirus deberán confinarse en casa y podrán solicitar un test PCR de forma gratuita para confirmar que están infectados. Si el resultado de esta segunda prueba, por el contrario, es negativo, podrán finalizar la cuarentena inmediatamente y continuar con su vida normal.
Sin embargo, no han tardado en aparecer voces críticas con esta medida. Jonathan Ashworth, portavoz de sanidad de la oposición, ha pedido más apoyo para aquellos que tengan que confinarse y «un subsidio por enfermedad adecuado». Para otros críticos, la ampliación del plan de testeo gratuito es una pérdida de dinero «escandalosa» e incluso no dudan en poner en cuestión la efectividad de estas pruebas debido a los «falsos positivos» que pueden reportar.
Mientras que el Gobierno británico se muestra firme en su apuesta por una desescalada definitiva y un plan de vacunación sólido, las dudas surgen principalmente en dos medidas de cara al futuro. Por un lado la introducción de los llamados «pasaportes o certificados covid» y, por otro, un sistema de «semáforo» para regular los viajes al extranjero.
Los británicos siempre han sido muy reacios a cualquier tipo de control sobre su intimidad y sus libertades. No cuentan, por ejemplo, con un documento de identidad similar al DNI español, por lo que la posibilidad de introducir un pasaporte en el que no solo aparezcan sus datos personales, sino también sanitarios, no convence demasiado entre la sociedad británica.
Johnson admite los problemas éticos que podría conllevar, pero recuerda que es una medida que «está siendo contemplada por muchos países», con lo que tendrán que estudiar la forma de implementarla. De momento, el primer ministro británico ha avanzado que, en caso de introducirse, contemplaría a aquellos que han recibido ya la vacuna, los que se han infectado en los últimos seis meses e incluso a los que se hayan sometido a un test recientemente.
No está tan claro, sin embargo, que Westminster esté por la labor de apoyar estos «pasaportes covid», ya que no solo contarían con la negativa de gran parte de la oposición, sino que se especula que al menos 40 de los parlamentarios conservadores podrían oponerse en la votación.
La otra duda vigente que preocupa a los británicos es cuándo y cómo se reanudarán los viajes al extranjero, ahora prohibidos salvo motivo justificado. Hasta el 17 de mayo, como mínimo, no se permitirá de nuevo viajar fuera de Reino Unido y es bastante probable que, a su regreso, los británicos se enfrenten a un sistema de «semáforo», dependiendo del lugar de destino.
Los países serán divididos en colores -verde, ámbar o rojo-, dependiendo de valores como su tasa de contagio o ritmo de vacunación. Dependiendo de esta clasificación, será necesario o no realizar una cuarentena al regreso y definirá dónde realizar esa cuarentena.
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