“El éxito del Plan Draghi dependerá de cambios culturales más profundos en Italia”

El primer ministro italiano, Mario Draghi, ha presentado el plan de recuperación de Italia, que tendrá un valor de 222.100 millones de euros y que se financiará en parte con el Fondo europeo de Recuperación. El mandatario pidió que la responsabilidad por el futuro prevalezca sobre los intereses, la corrupción y la estupidez. Filippo Trevisan, profesor asociado de Comunicación Pública en la American University de Washington, ofrece algunas claves de este ambicioso plan.

¿Cuáles son las principales conclusiones del plan de recuperación italiano? Se dice que no se trata solo de recuperarse de la pandemia, sino de promulgar reformas “de época” para abordar los problemas estructurales...

Se trata de un plan increíblemente ambicioso que adopta un enfoque holístico de las necesidades de Italia en el mundo posterior a la pandemia. Va mucho más allá de las intervenciones directas para apoyar la economía e incluye varias medidas dirigidas a algunos de los problemas de larga data de Italia, como el desempleo juvenil, la disminución de las tasas de natalidad y la paridad de género en el mercado laboral y en el lugar de trabajo. Propone financiar proyectos de infraestructura revolucionarios que hagan de la sustentabilidad ambiental una oportunidad económica y sus medidas de bienestar social reflejan algunas de las propuestas que Joe Biden ha adelantado en su plan de recuperación para Estados Unidos.

Italia lleva mucho tiempo teniendo uno de los peores registros de la UE en el uso de los fondos disponibles. ¿Qué cambiará ahora?

Incluso si el Gobierno italiano, y los Gobiernos regionales y locales dentro de Italia, pudieran utilizar estos fondos de la UE de una manera más eficiente que en el pasado, el éxito del plan de recuperación de Draghi dependerá en gran medida de cambios culturales más profundos dentro de Italia. Pienso, por ejemplo, en los objetivos establecidos para la digitalización, el reciclaje y la gestión de residuos, la inclusión y la paridad en el mercado laboral. En todos estos, la infraestructura es solo una parte del rompecabezas y el Gobierno deberá encontrar formas de incentivar el cambio de comportamiento en individuos y organizaciones para garantizar que estas intervenciones tengan éxito.

Italia tenía un Gobierno anti europeo con Salvini y el M5E y ahora con Draghi el país es quizás el miembro más pro UE. ¿Es esto solo por la orientación europea de Draghi? ¿Cómo se sitúan los italianos sobre Europa?

Hoy, Italia necesita a la UE más que nunca, y esto sería cierto con Draghi, Conte o cualquier otra persona en el asiento del primer ministro. La mayoría de los italianos parece ser conscientes de ello y la opinión pública refleja ampliamente este sentimiento. Sin embargo, la UE debe actuar con cuidado para ser vista como un socio responsable y competente en este proceso, y evitar algunos de los pasos en falso que ya ocurrieron con los contratos de vacunas, por ejemplo, que dañaron su credibilidad. Si se repiten, estos problemas podrían dar munición útil a los partidos soberanistas como Hermanos de Italia.

¿Cómo está manejando el nuevo Gobierno la crisis sanitaria?

Cualquier Gobierno tiene opciones limitadas para hacer frente a esta pandemia y el Gabinete de Draghi no es una excepción. Los cierres y las limitaciones continúan como el único enfoque sensato hasta que se vacunen suficientes italianos. Sin embargo, la comunicación en torno a las vacunas debe simplificarse más o corre el riesgo de alimentar la vacilación, algo a lo que los italianos son especialmente vulnerables. Esto es difícil de hacer en un Gobierno que incluye tantos partidos diferentes como el de Draghi, todos los cuales están muy interesados en tener “su” voz, pero será necesario para asegurar el éxito ya que Italia, al igual que otros países de la UE, ampliará las vacunas y la disponibilidad en las próximas semanas.