Investidura
Lasso promete poner fin a “la era de los caudillos” en Ecuador
El presidente conservador agradece la presencia del Rey Felipe VI y del resto de líderes internacionales en su toma de posesión entre los que estaba Aznar y Casado
El nuevo presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, hizo una pausa y repitió una frase en su discurso de investidura de más de una hora ante la Asamblea Nacional: “Nunca han podido aceptar que este país nació como una república democrática y que su destino es vivir para siempre como una república democrática. Pero todo eso cambia este 24 de mayo. En este Gobierno que hoy nace. En este nuevo siglo de republicanismo que estamos a punto de arrancar termina la era de los caudillos”. El ‘eterno candidato’ convertido en presidente tras su tercer intento frenó su locución e insistió con solemnidad: “Termina la era de los caudillos”. La nueva Asamblea respondió con aplausos esta sentencia. El flamante presidente ecuatoriano ha presentado un plan de Gobierno donde “nadie sea señalado como enemigo de la patria y cuyos únicos enemigos sean la enfermedad, el analfabetismo, la desnutrición, la violencia de género”.
El presidente ha tratado de distanciarse de su imagen de banquero cercano a las élites y se ha mostrado dispuesto a basar la legislatura en los pactos con el partido del movimiento indígena Pachakutik. Lasso ha agradecido la asistencia de los presidentes de Brasil, Colombia y Haití así como la presencia del rey Felipe VI que ha viajado acompañado de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, y Pablo Casado, quién no formaba parte de la delegación oficial pero ha sido invitado. El expresidente José María Aznar y su esposa, Ana Botella, han visto desde primera fila el anuncio de Lasso del fin de la “corrupción, la impunidad, el autoritarismo, la discriminación y la xenofobia”.
Alianza con el partido indígena
La alianza con el partido indígena será clave para el devenir de la legislatura. La Asamblea Nacional está presidida por primera vez en la historia por una mujer indígena de esta formación, Guapalupe Llori, tras el pacto entre CREO, el partido de Lasso, y Pachakutik, el partido de la asamblea indígena Conaie. El día en el que Ecuador celebraba el 199 aniversario de la Batalla de Pichincha que consagró su independencia, Llori se ha felicitado porque “Ecuador por fin se reconoce como un país formado por mestizos, pueblos y nacionalidades. Con sinceridad tenemos que admitir que hemos tardado dos siglos en entender lo que somos y lo que podemos ser”.
Vacunación, primer reto
El primer gran reto del nuevo presidente es la vacunación. El mandatario de 65 años ha prometido vacunar en los primeros cien días de Gobierno a 9 millones de personas en una población de 17,3 millones de ecuatorianos. Sofía Lanchimba, investigadora de la política ecuatoriana y profesora en la Universidad Nacional Autónoma de México, explica a LA RAZÓN que “es muy probable que con Lasso mejore el ritmo lento de vacunación en Ecuador ya que le interesa como miembro de la élite empresarial para la reactivación económica”.
La otra ruta de grandes desafíos se plantea en el plano económico. Lasso ha prometido reducir la tasa de desempleo y aumentar el salario mínimo de 400 a 500 dólares. Actualmente el 60% de los ecuatorianos se encuentra en paro. Lasso deberá renegociar la deuda pública y buscar la confianza de los inversores. El mandatario miembro del Opus Dei ha pronunciado un discurso con tintes sociales que buscan alejarle de su imagen de banquero cercano a las élites del poder económico: “¿Por qué vivimos esta realidad en Ecuador? ¿Por qué tenemos una tierra tan rico pero ciudadanos tan pobres? ¿Por qué disponemos de recursos naturales tan abundantes pero vivimos en medio de la escasez? ¿Por qué teniendo un suelo tan fértil nuestra economía no produce bienestar para quien más lo necesitan? Las preguntas pueden ser miles pero la respuesta es solo una y siempre la misma: nuestros gobernantes nos han fallado por la sencilla razón de que traicionaron nuestros principios fundacionales”. La pobreza por ingresos a nivel nacional se ubica en 32,4% con grandes diferencias entre zonas urbanas y rurales. La pobreza urbana es de 25,1%, y la pobreza en el área rural llega al 47,9%.
Polarización política
La polarización política en torno al correísmo sigue marcando la política ecuatoriana tras una campaña muy polarizada y unas elecciones con acusaciones cruzadas de fraude. La académica Lamchimba destaca el peligro para la convivencia de centrar el debate en las acusaciones al correísmo de haber implantado una dictadura: “La clave es recuperar la discusión sobre la situación del país y no solo en la supuesta dictadura del correísmo. El plan económico de Lasso, cuyos ministros ya han anunciado recortes, puede desencantar a muchos ya que el voto a Lasso es más anticorreísta que de derechas. Recuerda a lo que ocurrió con Macri en Argentina. Sus expectativas se truncaron al implantar su modelo liberal y el kirchnerismo recuperó el poder tras una legislatura”. Lanchimba advierte del riesgo de un contagio desde Colombia si se toman algunas decisiones equivocadas: “La situación económica es dramática. Puede ocurrir una movilización, la incógnita es cuando ocurrirá, la gota que colmará el vaso. El ala más progresista del movimiento indígena es probable que se movilice con la izquierda correísta”. Tras 14 años de correísmo Ecuador encara la era Lasso y su alianza con el partido indígena con la reactivación económica y la rebaja de la polarización como principales retos del veterano presidente.
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