Bielorrusia
Un preso político bielorruso se intenta degollar delante del juez en Minsk
El activista Sciapan Latypau fue hospitalizado y se encuentra en estado crítico
Solo un bolígrafo para perder la vida. No importa que este se utilice para firmar una dura sentencia o para que el acusado en cuestión se lo clave en el cuello con la intención de degollarse. El guion de una película difícil de creer llevado a la realidad, así lo interpretó este martes Stsiapan Latypau, convertido en el último protagonista de la historia política de Bielorrusia, que aparecía delante de las cámaras cuando estas le grababan nada más cometer su inexplicable acto.
Las imágenes mostradas por varios medios de comunicación minutos después de lo ocurrido dan fe de cómo Latypau era evacuado a una ambulancia con el cuello ensangrentado. El activista opositor se enfrentaba en un tribunal de Minsk a un juicio por alteración del orden público y agitación después de haber promovido varias de las protestas en la capital bielorrusa el pasado mes de septiembre.
La pena solicitada podría privarle de libertad durante los próximos diez años. Poco ha trascendido sobre su estado de salud desde su ingreso en el hospital, su abogada, Olga Batyuk, se negó a hacer declaraciones al respecto, aunque se supo en la tarde de hoy que el activista se encontraba en coma inducido.
Antes de coger el bolígrafo ejecutor, que se encontraba en una pila de documentos judiciales durante una de las pausas del proceso, Latypau le dijo a su padre que los investigadores lo habían amenazado con iniciar procesos penales en contra de sus familiares y amigos si no se declaraba culpable.
A este suceso de hoy habría que sumarle la muerte de un político opositor en prisión y el suicidio de un adolescente que estaba siendo investigado después de lanzarse de un edificio de 16 plantas, ambos en la última semana.
Bielorrusia ha vuelto a ser noticia tras la detención, el pasado 23 de mayo, del opositor Roman Protasevich, y su novia, Sofia Sapega, cuando el vuelo en el que viajaban, que cubría la ruta Atenas-Vilna, fue desviado al aeropuerto de Minsk aprovechando que sobrevolaba el espacio aéreo bielorruso.
Según fuentes de esa ex república soviética apoyadas por el propio presidente Lukashenko, se recibió una amenaza de bomba en forma de correo electrónico firmado por el grupo terrorista Hamás, lo que obligó al ministerio de Defensa bielorruso a enviar un caza MiG-29 con el fin de escoltar al avión, con 120 pasajeros, al aeropuerto de la capital “para garantizar la seguridad” de todo el pasaje.
Las reacciones a lo ocurrido han llegado con la prohibición a Bielorrusia, por parte de la Unión Europea, de utilizar su espacio aéreo. Estados Unidos ha anunciado la adopción de sanciones en breve contra el gobierno de Aleksanr Lukashenko.
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