Estados Unidos
Derek Chauvin, sentenciado a 22 años y seis meses de prisión por la muerte de George Floyd
El ex policía se ha dirigido a la familia de Floyd antes de la lectura de su sentencia para mostrarles sus condolencias y esperar que después de todo obtengan “algo de paz”
Veintidós años y medio de cárcel. Ése es el tiempo que permanecerá encerrado el ex policía de Mineápolis Derek Chauvin, condenado por el brutal asesinato de George Floyd. La sentencia fue dictada por el juez Peter Cahill en abril. «La sentencia no se basa en la emoción o la simpatía», recalcó Cahill, «pero al mismo tiempo, quiero reconocer el profundo y tremendo dolor que sienten todas las familias, especialmente la familia Floyd».
«No conozco todas las circunstancias que se han considerado», comentó Joe Biden, «pero me parece, según las pautas, que parece apropiado». El presidente de EE UU hizo estas declaraciones a los mismos periodistas que le informaron de la noticia. Hace dos meses, cuando supo de la sentencia que condenaba al policía, telefoneó a la familia de Floyd. Posteriormente subrayó que el país no podía «mirar hacia otro lado, pensando que nuestro trabajo está hecho. Tenemos que mirarlo de frente, tal y como lo hicimos durante esos nueve minutos y 29 segundos». La denuncia de la violencia policial fue una de las grandes controversias de 2020, mientras cientos de miles de personas tomaban las calles y los candidatos a la Casa Blanca se acusaban de demagogia.
«¿Por qué?», le preguntó al ex policía uno de los hermanos de Floyd, que tuvo la oportunidad de dirigirse al juez y al reo: «¿Qué estaba pensando? ¿Qué pasaba por su cabeza cuando tenía la rodilla en el cuello de mi hermano sabiendo que ya no representaba una amenaza?». Chauvin ofreció sus condolencias a la familia.
El abogado de los Floyd, Ben Crump, declaró que el veredicto es una «oportunidad para convertirse en un punto de inflexión en EE UU. Ésta es la sentencia más larga a la que un oficial de policía ha sido sentenciado en la historia de Minnesota. Pero esto no debería ser la excepción cuando una persona negra es asesinada brutalmente por la Policía». «Debería ser la norma. Entonces, cuando pensamos en la justicia real, la justicia real sería que George Floyd todavía esté aquí con su familia», añadió.
Previamente, el juez había denegado la posibilidad de celebrar un nuevo juicio, solicitada por los abogados del ex agente tras constatar que uno de los miembros del jurado que lo condenó había participado en una manifestación convocada tras la muerte de Floyd y contra la violencia policial. El testigo, Brandon Mitchell, admitió al periódico «The Star Tribune», que, en efecto, estuvo en una manifestación que conmemoraba el histórico discurso de Martin Luther King en las escalinatas del monumento a Lincoln. Pero que eso no afectó de ninguna forma su actuación como jurado. Sostuvo que fue «extremadamente honesto» durante el proceso de selección del jurado, que como todos los miembros fue aprobado tanto por la Fiscalía como las defensas y que cuando lo interrogaron al respecto no dudó en explicar su opinión del movimiento Black Lives Matter.
Erick Nelson, el principal abogado de Chauvin, manifestó que el juicio debía repetirse en «interés de la justicia», puesto que se «privó al acusado de un juicio justo», hubo «mala conducta del fiscal y del jurado; errores de derecho en el juicio; y un veredicto contrario a lo que dicta la ley».
Las ramificaciones del «caso Floyd», que activaron las mayores protestas civiles en varias generaciones, también alcanzan a Washington. De hecho, el fiscal general de Minesota, Keith Ellison, opina que debe endurecerse la ley, bautizada en nombre de Floyd, a fin de acelerar los cambios. Refiriéndose a todos los proyectos legislativos en marcha, diseñados para tratar de paliar la violencia policial.
El pasado verano la actual vicepresidenta, Kamala Karris, presentó, junto a Cory Booker y Karen Bass un proyecto de ley, bautizado como la Ley de Justicia en la Policía de George Floyd, para, según dijo, «responsabilizar a las fuerzas del orden de sus acciones, contribuyendo de paso a generar una confianza mutua entre la Policía y los ciudadanos».
En vísperas de la sentencia, la vicepresidente comentó que «debido a los teléfonos inteligentes, muchos estadounidenses ahora han visto la injusticia racial que los estadounidenses negros han conocido durante generaciones: la injusticia racial contra la que hemos luchado durante generaciones; que mis padres protestaron en los sesenta; que millones de nosotros, estadounidenses de todas las razas, protestamos el verano pasado».
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