Escándalo en Reino Unido

Escándalo en Westmister por el “affaire” del ministro de Sanidad en plena pandemia

Un incidente similar provocó el año pasado la dimisión del epidemiólogo Neil Ferguson como asesor científico del Gobierno

Hancock y Coladangelo, que está casada, se conocen desde los años universitarios de Oxford
Hancock y Coladangelo, que está casada, se conocen desde los años universitarios de OxfordYui MokAP

Nada hay más suculento para los tabloides británicos que los “affaires” que surgen en los pasillos de Westminster. Están los que pasan más desapercibidos. Y luego los que ponen a todo un Gobierno en jaque. Sin duda alguna, el protagonizado por el ministro de Sanidad, Matt Hancock, en plena pandemia, se encuentra entre los segundos. El hombre que está en pleno foco por su gestión ante la crisis sanitaria protagonizó ayer unas tórridas imágenes en las que se le puede ver besándose apasionadamente con su principal asesora, Gina Coladangelo, en los pasillos del ministerio, sin guardar exactamente las distancias de seguridad que se le están pidiendo al ciudadano para detener el avance del virus.

Hancock -casado y padre de tres hijos- lleva tiempo en el ojo del huracán. En su comparecencia ante la comisión de Westminster, el ex asesor del primer ministro, Dominic Cummings, denunció que había actuado de manera ilegal, mintiendo en repetidas ocasiones tanto al Gobierno como a la ciudadanía. Recientemente salían a la luz unos mensajes donde el propio Boris Johnson le llamaba “jodido incompetente”. Pero la portada publicada ayer por The Sun, donde se ven explícitamente las imágenes con su amante, suponen el remate para un político que tiene ahora su carrera en juego.

Hancock y Coladangelo se conocen desde los años universitarios de Oxford. Ella está casada con Oliver Tress, fundador de la marca de moda y accesorios Oliver Bonas, con el que tiene tres hijos. La asesora, millonaria, tiene una exitosa trayectoria como relaciones públicas y lobista, siempre a caballo entre el mundo de los negocios y la política

Un incidente similar provocó el año pasado la dimisión del epidemiólogo Neil Ferguson como asesor científico del Gobierno, al publicarse la noticia de un encuentro secreto con su amante en pleno confinamiento. Al cierre de esta edición, Hancock se resistía sin embargo a presentar su renuncia. “Acepto que he roto las normas de distanciamiento social en este asunto” reconoció en un escueto comunicado. “Sé que he decepcionado a todo el mundo y lo lamento mucho. Continúo centrado en trabajar para que el país salga de la pandemia. Agradecería que se respetase la privacidad para mí y para mi familia”. Por su parte, tal y como explicó un portavoz de Downing Street, Johnson “acepta las disculpas y da el caso por cerrado”.

Lo cierto es que Johnson no es el más indicado para pedir a sus ministros cuentas respecto a sus relaciones extramatrimoniales. El premier tiene, al menos, seis hijos de tres mujeres distintas. Y en su ajetreada vida amorosa se incluye una supuesta aventura de cuatro años con la empresaria estadounidense Jennifer Arcuri, a quien empleó como asesora mientras era alcalde de Londres.

El problema es que el escándalo con Hancock está generando ahora demasiado ruido en un momento especialmente delicado ante el incremento de casos por la variante india. Los contagios diarios superan los 16.700, cifras que no se veían desde principios de febrero.

Las imágenes que publicó ayer The Sun fueron aparentemente grabadas por un funcionario del ministerio de Sanidad. “Todo el mundo sabía lo que estaba pasando, en ese edificio no hay secretos”, confesó al tabloide. El affaire al parecer era un secreto a voces. Ese encuentro concreto ocurrió poco después de las tres de la tarde del 6 de mayo, 11 días antes de que se levantaran públicamente las restricciones a “los encuentros con una persona fuera del hogar”. “La puso [a la asesora] en un papel tan importante, financiado con fondos públicos, y esto es lo que hacen en horas de oficina cuando todos los demás están trabajando duro”, afirmó el funcionario guardando su anonimato, que aseguró que la pareja ya había sido “pillada” en otras ocasiones.

La oposición laborista pidió ayer la dimisión del ministro por “abuso de poder” y “conflicto de interés” por haber contratado el año pasado a la asesora con fondos públicos. “Los ministros, como todo el mundo, tienen derecho a una vida privada - dijo un portavoz laborista- sin embargo, cuando se trata de dinero de los contribuyentes o se ofrecen trabajos a amigos cercanos que tienen una relación personal con un ministro, entonces hay que investigarlo”. Hancock ya fue investigado el pasado mes de febrero por malversación de fondos públicos, ya que su antiguo vecino recibió un contrato millonario para hacer pruebas de covid, a pesar de carecer de experiencia.