Cuba

Cuando el enemigo es un youtuber: Dina Stars no fue un caso aislado

El régimen endurece la persecución a los jóvenes que muestran su descontento en las redes sociales una semana después de las históricas marchas en la isla

Dina Stars en su intervención en Cuatro
Dina Stars en su intervención en CuatroCuatro

El público español pudo verlo en directo. Cuando los agentes de la seguridad del Estado cubano interrumpieron la entrevista en directo de la influyente de Youtube Dina Stars con la cadena Cuatro, no estaban sino repitiendo un patrón. Stars y otros jóvenes que han encontrado en las redes sociales la ventana por la que burlar el monopolio informativo oficial y airear su descontento por las precarias condiciones de vida y la falta de libertad en Cuba se han convertido en el objetivo preferente del régimen comunista.

Stars, cuyo nombre real es Dina Correa Fernández ha sido uno de los casos más destacados, pero activistas digitales y colectivos de oposición denuncian que en los días que siguieron a las protestas masivas del 11 de julio, las autoridades se han lanzado a perseguir a los internautas más relevantes, aquellos que cuentan con más seguidores en sus redes y han vertido desde ellas críticas contra el gobierno de Miguel Díaz-Canel.

Son jóvenes internautas que han engrosado la lista de detenidos tras las protestas, que la ONG Human Rights Watch cifra en 423. De muchos de ellos aún se desconoce su paradero, lo que llevó a Michelle Bachelet, alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos a pedir a La Habana su inmediata liberación.

González Falcón sigue preso

El último influyente de las redes en ser apresado cuya identidad ha trascendido ha sido Ariel González Falcón, que actuaba en la red bajo el seudónimo de Yo uso mi nasobuco. El nasobuco es la palabra que se suele utilizar en Cuba para referirse a la mascarilla higiénica.

González Falcón, estudiante de Medicina de 21 años, fue arrestado el pasado domingo durante las protestas en La Habana y su familia ha estado pidiendo desde entonces su puesta en libertad. Si Dina Stars pudo volver a su casa a las 24 horas, él lleva ya una semana preso.

Según el relato de sus familiares, tres agentes de paisano lo abordaron en la manifestación pacífica en la que pedía comida, medicinas y libertad para Cuba, lo tiraron al suelo, lo golpearon y se lo llevaron a una comisaría de Policía. Desde entonces su familia no ha podido verlo. Su madre trató de visitarlo el viernes en la cárcel de jóvenes del Cotorro, en las afueras de La Habana, donde se encuentra retenido, pero no se lo permitieron.

“Parece que el gobierno se ha fijado en él porque le siguen muchos jóvenes estudiantes en sus redes”, le dijo a “El Nuevo Herald” de Miami su hermano Arnaldo.

Internet, nuevo campo de batalla

Internet y las redes se han convertido en un frente preferente del pulso entre el régimen y los cubanos que reclaman cambios. Un usuario de Twitter que se hace llamar El Ingeniero y no quiere desvelar su verdadera identidad por temor a represalias afirmó que la dictadura “se ha dado cuenta de la gran influencia de los jóvenes y está tratando de minimizar esa influencia”. Además de los que han sido detenidos, están los que han visto sus cuentas suspendidas por las autoridades, según denuncian en círculos opositores.

La periodista progubernamental Even Arleen Rodríguez Derivet, dejó claro en la televisión estatal que las autoridades estaban actuando contra las redes. “Es el área donde se está organizando la guerra contra Cuba”, dijo.

El gobierno insiste sin pruebas en que cuentas financiadas desde Estados Unidos están alentando la “subversión”. El ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez, afirmó que había habido “actos de violencia, actividades terroristas desde cuentas basadas en el ciberespacio de Estados Unidos”, repitiendo el mantra comunista de que todos los males de la isla y de los que se queja su población se deben a una supuesta injerencia estadounidense.

#SOSCuba

La reacción de una dictadura atrincherada y acosada por la ira popular y su paupérrima situación económica, agravada por el mazazo de la pandemia al turismo, ha sido lanzarse a un cerrojazo total a la red. El domingo se interrumpió casi la totalidad del servicio de internet en la isla, controlado por el monopolio estatal Etecsa y los cortes se han mantenido con intensidad variable en los días posteriores.

Aunque el Gobierno no ha admitido ser el responsable de la censura digital, un informe de la consultora independiente Netblocks, que analiza el comportamiento de la red en todo el mundo, señaló que el corte se debía a la interrupción en el funcionamiento de los servidores del Estado. Todo hace pensar que el régimen ve con terror el potencial para movilizar las protestas y compartir el descontento de las redes, como quedó claro en el comienzo de la jornada del 11 de julio. Las protestas saltaron de las redes a la calle después de que se popularizara la etiqueta #SOSCuba, con la que un grupo de internautas pedía la llegada de ayuda internacional y vacunas contra la covid a la isla. El régimen parece dispuesto a todo para evitar que algo así se repita y por eso tiene a los influyentes de internet en el punto de mira.