Condena
Un tribunal de Minsk sentencia a María Kolesnikova a once años de prisión
La destacada figura de la oposición de Bielorrusia fue condenada junto al abogado Maxim Znak, a quien le cayeron diez años
Desde la jaula de vidrio de los acusados María Kolesnikova se vistió de negro y se pintó los labios de rojo para recibir junto al abogado Maxim Znak una sentencia que los condenó a 11 y 10 años en prisión respectivamente, una de las condenas más altas contempladas en el Código Penal bielorruso. Desde el pasado 4 de agosto y a puerta cerrada, se celebraron 17 audiencias. En un ambiente de hermetismo, los activistas y también miembros del Consejo de Coordinación de la oposición, se enfrentaron a un juicio donde no se llegaron a conocer los nombres de los investigadores, los detalles de los cargos o el argumento de la fiscalía. En un comunicado, las autoridades bielorrusas dijeron que ambos habían sido declarados culpables por “cometer acciones contra la seguridad nacional, crear y encabezar una organización extremista y conspirar para tomar el poder de manera inconstitucional”.
Ambos negaron los cargos en su contra y denunciaron el juicio como una farsa. Sus abogados ya anunciaron que apelarán el veredicto. Los dos activistas participaron activamente en la campaña presidencial del pasado año, Znak como abogado de Víktor Babariko, excandidato a la presidencia y sentenciado a 14 años en prisión, y Kolesnikova como su jefa de personal. A partir de julio del 2020 y con la entrada en prisión del resto de los candidatos presidenciales, Maria Kolesnikova se unió al Svetlana Tijanóvskaya y Veronika Tsepkalo donde visitó numerosas ciudades y se convirtió en una de las caras más conocidas del país. Flautista de profesión en la orquesta filarmónica del país, pasó a ser vista como un símbolo del movimiento que sacó a las calles de todo el país a miles de bielorrusos cuando Alexandr Lukashenko se aferró a la presidencia en unas elecciones consideradas fraudulentas por la comunidad internacional. Durante meses, los bielorrusos salieron a las calles de manera pacífica para denunciar el resultado de la votación. Miles de manifestantes fueron detenidos y brutalmente golpeados mientras Lukashenko, en el poder desde 1994, forzó a gran parte de la oposición y activistas políticos al exilio. La líder de la oposición bielorrusia, Svetlana Tijanóvskaya, se vio obligada a exiliarse en Lituania al día siguiente de los comicios. Kolesnikova se negó a dejar Bielorrusia y rompió su pasaporte en un intento desesperado por permanecer en el país cuando un grupo de encapuchados querían obligarla a pasar por la frontera ucraniana.
La oposición en el extranjero contabiliza hasta 657 presos políticos en cárceles repartidas por todo el país. Franak Viacorka, Asesor principal de Svetlana Tijanóvskaya, describe a este periodico por medio de una entrevista telemática la precaria situación de los presos políticos: “Viven en condiciones inhumanas. Se les priva de sueño y de tratamiento médico y se les humilla, algunos sufren abusos sexuales. Recibimos informes de que los presos políticos son señalados con etiquetas de color amarillo. Las celdas están superpobladas: a veces hay hasta 25 personas en una celda de 10 metros cuadrados. Los guardias utilizan lejía para “limpiar” las celdas, lo que dificulta la respiración”.
Manifestarse en Bielorrusia sigue siendo demasiado peligroso, a pesar de ello, un grupo de simpatizantes acudió a las puertas del juzgado para demostrar su apoyo a los activistas y a sus familias. “Maria Kalesnikava y Maksim Znak son inocentes. Vamos a buscar el restablecimiento de la justicia: sanciones contra los jueces y fiscales del régimen, liberación incondicional de todos los presos políticos. Seguimos apoyando a las personas que se han quedado en Bielorrusia y continúan su lucha por la libertad; esto es exactamente lo que Maria y Maksim querrían que hiciéramos”. Asegura Viacorka.
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