Scotland Yard investiga si el diputado asesinado fue elegido al azar

El «premier» británico, Boris Johnson, lideró ayer una emotiva sesión extraordinaria en la Cámara de los Comunes en memoria del diputado conservador David Amess, asesinado el pasado viernes, en la que se destacó su contribución a la democracia y su «determinación» para hacer de Reino Unido «un lugar mejor». El veterano parlamentario de 69 años murió apuñalado durante un encuentro con los vecinos de su distrito por un británico de 25 años de ascendencia somalí, identificado como Ali Harbi Ali, detenido en el lugar de los hechos. Se trata del segundo diputado asesinado en cinco años, tras el ataque a la laborista Jo Cox en plena campaña del referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea en 2016.

La sesión especial arrancó con un minuto de silencio, tras lo que se sucedieron incontables tributos al político fallecido por parte de todos los partidos. «No permitiremos que la manera en la que murió distraiga de sus logros como político y como ser humano», aseguró Johnson, quien anunció además que en honor de Amess, la reina Isabel II había estado de acuerdo en conceder el estatus de «ciudad» a la localidad de Southend –de la que este era diputado–, un objetivo por el que el «tory» siempre había luchado.

«He pasado todo el tiempo mencionando (el asunto de Southend) en cada oportunidad (...) si quieren que me calle, deben reconocer el estatus de ciudad a Southend», había insistido Amess a la BBC justo un día antes de morir.

Por su parte, el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, dijo que cada tributo dedicado al diputado constituye un recuerdo del «funcionario comprometido, de la amabilidad de un hombre cuya decencia conmovió a todos los que le conocieron».

Al lado del Parlamento se organizó una concentración de dueños de mascotas como tributo a las campañas a favor de los derechos de los animales en las que Amess solía involucrarse. También se celebró un servicio religioso en la Iglesia de St Margaret, al lado del Parlamento, al que debido al reducido espacio solo se invitó a los miembros de las dos Cámaras.

El trágico suceso ha llevado al Gobierno a revisar las medidas de seguridad para sus señorías, muchos de los cuales han denunciado haber sido objeto de amenazas por parte de desconocidos.

Por su parte, Scotland Yard está investigando el ataque como una posible motivación vinculada al extremismo islamista. El detenido, que al cierre de esta edición seguía siendo interrogado en una comisaría de Londres bajo la Ley de Terrorismo, es hijo de Harbi Ali Kullane, ex director de comunicaciones de la oficina del primer ministro en el Gobierno provisional de Somalia respaldado por Occidente, quien había sido previamente amenazado por radicales islamistas.

En este sentido, las autoridades tratan de averiguar si podría estar relacionado el hecho de que el parlamentario asesinado fuera presidente del comité de Qatar, país que apoya al actual presidente de Somalia, o que fue un objetivo al azar. Según los medios, el joven habría manifestado su intención de atacar a otros parlamentarios.

Una bomba de relojería

Un profesor detectó hace cinco años que Ali Harbi tenía opiniones muy extremas y se vio obligado a asistir a un curso oficial de desradicalización. El joven era un admirador del polémico predicador Anjem Choudary y solía visualizar sus sermones, llenos de odio, en Youtube.

Asimismo, los rotativos apuntan a que Ali Harbi Ali había sido referido hace tiempo al programa de prevención antiterrorista al mostrar comportamiento sospechoso tras la separación de sus progenitores, pero nunca llegó a estar bajo el radar del MI5. Según los medios, el joven de 25 años se había radicalizado viendo vídeos en internet durante el confinamiento.

En este sentido, los servicios secretos advierten de posibles nuevos ataques de «lobos solitarios», jóvenes que, como Ali Harbi, han radicalizado sus posturas tras pasar horas viendo material «on line» durante el confinamiento por la pandemia de coronavirus.