Entrevista
«Le Pen no es dueña del voto del descontento»
Para el diputado Stéphane Vojetta, que representa a los franceses en la Península Ibérica, «hay partido sin Macron»
Stéphane Vojetta diputado por la 5ª circunscripción de franceses residentes en el extranjero (España, Portugal, Andorra y Mónaco) pasa su vida entre París y Madrid. Miembro de La República En Marcha, el partido del presidente Emmanuel Macron, asegura que la victoria del mandatario ha supuesto «un alivio para los franceses» y para toda la UE. «La Francia razonable, europea, la que valora su posición internacional en el concierto de las naciones, empezaba a tener pesadillas con la perspectiva de ver a Le Pen llegar al poder».
¿Qué supone la victoria de Macron para Francia?
Para Francia y los franceses en general supone un respiro. Porque la Francia razonable, la Francia europea, la que valora su posición internacional en el concierto de las naciones, empezaba a tener pesadillas con la perspectiva de ver a Le Pen llegar al poder. Además, esta vez, era un escenario, no probable pero más realista que hace cinco años. Si la rival de Macron hubiera obtenido más de un 50% hubiera sido un terremoto. Ha sido un alivio para Francia, para la UE y sus países vecinos. Y es que el papel de Francia como pilar de la UE es fundamental, así como el eje franco-alemán. Aquellos que finalmente votaron por Macron, estando o no de acuerdo con todo su programa o personalidad, todos tuvimos claro que a pesar de no estar en su programa, Marine Le Pen esta vez sí que tenía en mente sacar a Francia de Europa y del euro. Los votantes lo han ido entendiendo cada vez mejor, las últimas dos semanas han sido claves, y esto ha hecho que la victoria final fuera más amplia de lo que se anticipaba.
¿Cómo califica la victoria de Macron: pírrica, agridulce...?
Es una victoria bella, clara. No sólo en la segunda ronda, es que en la primera vuelta consiguió el 27% de los votos. Chirac, un presidente muy popular, ganó dos elecciones, y en sus primeras vueltas consiguió un 20 y un 21% respectivamente. Macron demuestra que cinco años después tiene una base electoral y un apoyo popular real, fuerte y creciente. Lo que pasa es que la oposición ha cambiado. Los partidos tradicionales han perdido muchas papeletas y se han ido hacia la extrema derecha y la extrema izquierda. Ahora tenemos que confirmar esta victoria clara en las elecciones generales de junio.
¿Usted se presenta a las legislativas? ¿Por qué son tan importantes?
Sí, soy candidato. En Francia el jefe del Estado nombra al primer ministro, pero en función de los equilibrios políticos de la Asamblea Nacional (AN). Este reparto de poderes determina totalmente el color del Gobierno. En el pasado hemos tenido periodos con un presidente de izquierdas y un «premier» y gobierno de derecha y viceversa, la llamada «cohabitación». Esto supone un obstáculo, y por eso Chirac cambió la Constitución en 2002 para evitarlo. Esta vez el reto consistirá en conformar una mayoría presidencial, coherente con partidos con ganas para luego formar un Gobierno que sea capaz de trabajar codo con codo con Macron y avanzar.
¿Estará el quinquenio de Macron marcado por la invasión rusa?
Esperemos que no. Le quedan casi tres meses de presidencia de la UE y ojalá pueda aprovechar esta ventana para forzar una solución política y una negociación para que Rusia, en particular, deje las armas. Lo que está claro es que vamos a vivir con las consecuencias de la guerra durante un tiempo: crisis económica, energética, de materias primas... También hay consecuencias positivas: hemos visto a Europa, otra vez tras la crisis de la covid-19, arrimar el hombro y ser una potencia consistente y unida frente a Moscú.
¿Cómo gobernará Macron para los «encolerizados»?
Es la primera vez en la historia de la Vº República que un presidente saliente vuelve a ser elegido estando en control del Parlamento después de cinco años. Ahora bien, Le Pen ha conseguido unir a la mayoría de los descontentos con el primer mandato de Macron. Pero no es dueña de estos votos. El 41% de los franceses no es de extrema derecha ni votará por su partido en las legislativas. Ahora se va a recomponer el paisaje político. El enfado que se ha expresado en estas elecciones (los antivacunas, los «chalecos amarillos»...) es porque no se les escucha. Habrá que sentarse con ellos, Macron no sólo debe cambiar su estilo de liderazgo, también ser un poco más horizontal y modificar la ley electoral. En particular, incorporar a la AN el voto proporcional, hacer una mezcla con la representación tradicional francesa por circunscripciones. Así tendrá más escaños Le Pen. No será muy constructivo en el seno de la AN, pero la población francesa se verá más representada. También creo que Macron introducirá la figura del referéndum para validar alguna reforma.
¿Quién sería su primer ministro o primera ministra ideal?
Nadie lo sabe. Mucha gente en Francia espera que sea una mujer. Al final no ha pasado en el primer mandato y creo que ahora ha llegado el momento. Macron siempre ha sorprendido en sus elecciones de primer ministro. Siempre escoge a gente muy buena aunque desconocida. Ambos han sido muy distintos y no venían del partido de Macron. Han sido más de derechas en el paisaje político. Esta vez se piensa que tendrá más tintes de izquierdas. Se habla de Elizabeth Borne, que ha sido ministra de Empleo, de Barbara Pompili, titular de Medioambiente, pero al hablarse mucho de ellas, no sería sorpresa.
¿Girará a la izquierda para ese votante de Mélenchon?
El Gobierno ha tomado decisiones muy equilibradas de derechas y ha hecho reformas de izquierdas. No es que tengamos que compensar 5 años de derecha. Lo que pasa, es que desde la izquierda, su única forma de lograr audiencia es retratar a Macron y su Gobierno como de neo ultra liberal.
¿Hay partido sin Macron?
Hay partido. Hace un año la respuesta hubiera sido distinta. Macron, no solo respecto a Francia, es una figura excepcional. Un hombre de 39 años que nadie conocía tres años antes ganó unas presidenciales con 21 millones de votos. No sólo hizo historia en 2017, también ahora en 2022. Es difícil pensar en el después de Macron, pero tenemos que hacerlo, pues no podrá presentarse en 2027. ¿Tal vez en 2032? Lo cierto es que este último año he visto partido y ha sido cada vez más fuerte y mejor a la hora de preparar la campaña y con esta realidad tan compleja. Tenemos un partido fuerte, estructurado.
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