Dictaduras

La líder de la oposición bielorrusa: “Lukashenko tiene que pagar el apoyo que Putin le prestó en 2020″

Svetlana Tijanovskaya recuerda que “Bielorrusia se ha convertido en la plataforma de misiles” de Rusia

La líder de la oposición bielorrusa, Svetlana Tikhanovskaya, hoy en Madrid.
La líder de la oposición bielorrusa, Svetlana Tikhanovskaya, hoy en Madrid.Alberto R. RoldánLa Razón

La líder de la oposición bielorrusa, Svetlana Tijanovskaya, se encuentra en España en una visita oficial en la que se reunirá con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Tijanovskaya, que ganó las elecciones de agosto de 2020 frente al mandatario Alexander Lukashenko, el “último dictador de Europa”, ha participado hoy en una conferencia en Madrid sobre cómo contrarrestar el autoritarismo.

La opositora bielorrusa, ganadora del premio Sajarov en 2020, aseguró, haciendo un paralelismo con el fútbol, que “algunos en Europa son espectadores y no participantes en la guerra de Rusia en Ucrania”. Obviamente, “nadie quiere jugar el partido contra alguien tan peligroso”

“Rusia no solo quiere ganar, quiere quedarse con todo el estadio. No podemos ser espectadores”. Este mismo dilema “lo han sufrido los bielorrusos. Tuvimos que elegir. Técnicamente Bielorrusia no participa en la guerra, pero se ha convertido en una plataforma de lanzamiento de misiles”, indicó. Según la líder opositora ya se han lanzado más de 700 misiles desde territorio bielorruso contra Ucrania. Incluso algunos han impactado contra objetivos no militares como un hospital de maternidad.

“Lukashenko se convirtió en el colaborador de Putin, pero ambos han infravalorado a los ucranianos y el sentimiento antiguerra en BIelorrusia, que es muy distinto al de Rusia”.

Asimismo, Tijanovskayarecordó que, precisamente hoy, Lukashenko ha impuesto la pena de muerte a los condenados por “terrorismo”. En la otra cara de la moneda, indicó que hay un Ejército de voluntarios bielorrusos que se han unido a la resistencia contra Rusia, al norte de Ucrania. “En Bucha y Kyiv, seis voluntarios murieron, ayudando a resistir”. Tijanovskaya contó la historia de Timur, un joven de 19 años que participó a las históricas marchas de 2020, fue detenido, se exilió en Europa y cuando estalló la guerra quiso ayudar a sus hermanos ucranianos.

“Esta guerra seguramente no hubiera ocurrido si nuestro movimiento hubiera triunfado”, auguró, al tiempo que destacó que esta semana se han cumplido dos años desde que decidió lanzarse a la carrera electoral tras la detención de su marido, el candidato original.

Lukashenko ya está en esta guerra, es un cómplice y colaborador, y ha dejado nuestro suelo a las tropas rusas como plataforma para lanzar misiles”, insistió Tijanovskaya.

Es más, la oposición cuenta con la información de que “las tropas rusas estaban listas en la frontera para invadir Bielorrusia si ganábamos las elecciones en 2020”.

“Estaba segura de que los países europeos tienen medios y organizaciones tan importantes y grandes que pensé que nos ayudarían en nuestro movimiento. Pero no tienen suficientes herramientas para promover la democracia y los derechos humanos. La mayoría de las ayudas son conversaciones, es diálogo. Lo que nos pasa en nuestro país es nuestro dolor, es muy difícil que otros líderes lo sientan”.

Algo que han tenido que incidir tanto a la opinión pública de los países occidentales es en la complicada situación que viven a diario. “El régimen de Bielorrusia y la población bielorrusa son dos cosas completamente distintas, y hemos tenido que explicar esto mucho desde el inicio de la guerra”.

Y eso que en la mayoría de países se ha considerado un “líder ilegítimo” a Lukashenko.

Preguntada por los paralelismos entre Putin y Lukashenko, Tkijanoskaya señaló que: “Son dictadores que no piensan en la gente, solo en su propio poder. Por supuesto que Lukashenko no tiene esas ambiciones tan altas como restaurar el imperio ruso en el mundo, pero sí ha sacrificado el destino de los bielorrusos. Lukashenko tiene que pagar el apoyo que Putin le prestó en 2020″.

En el acto organizado por el Club de Madrid en el IE se podía asistir tanto de manera presencial como en línea. Hubo un par de intentos de sabotear el acto, según contaron los participantes conectados, tal y como comentó la ex presidenta de Letonia, Vaira Vīķe-Freiberga.