Israel

Declaración de Jerusalén”: Biden promete usar la fuerza para evitar que Irán sea nuclear

El presidente de EE UU firma un acuerdo junto a Yair Lapid para sellar la alianza estratégica y de seguridad entre las dos naciones

Existen discrepancias en las formas, pero en el fondo la alianza militar y estratégica de Estados Unidos e Israel es inquebrantable. En el día fuerte de la visita de Joe Biden en Israel, el presidente estadounidense firmó ayer la “Declaración de Jerusalén” junto al “premier” israelí Yair Lapid.

Desde que el líder demócrata llegó a la Casa Blanca, el establishment político y militar hebreo mostró reticencias por su apuesta por retomar la vía diplomática y retomar el pacto nuclear con Irán. Pero con la firma del memorándum conjunto, que supone un refuerzo a la alianza estratégica de los dos países, Biden aclaró que EE UU está dispuesto a “usar todos los elementos en su poder” para prevenir que Irán obtenga armas nucleares.

Entre los múltiples apartados del texto, destaca que Washington reafirma su compromiso para trabajar “conjuntamente con otros aliados para confrontar la agresión de Irán y sus actividades desestabilizadoras, ya sean directas o mediantes sus proxis y grupos terroristas como Hezbolá, Hamas, o la Yihad Islámica”. No supone solamente reforzar el vínculo con su aliado principal en Oriente Medio, sino una apelación directa a la coalición de facto que se está gestando con Estados árabes suníes para confrontar a Teherán.

La declaración conjunta remarca el compromiso de Washington de preservar la supremacía militar de Israel en Oriente Próximo, algo “vital también para la seguridad nacional de EE U., lo cual dispone de un consenso bipartidista”. También menciona el compromiso para seguir entregando cuantiosas ayudas económicas anuales (38 billones de dólares) a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), que incluye la financiación de armas láser para “defender los cielos de Israel y otros socios de EE UU”.

Integración de Israel

Además, continuará con la “integración de Israel en Oriente Medio” (que se profundizará con la consiguiente visita de Biden a Arabia Saudí); la lucha conjunta contra el movimiento de boicot y deslegitimización del Estado judío; el compromiso para combatir el antisemitismo; y la posibilidad de eximir a los israelíes de la obligación de solicitar visas de entrada a EE.UU.

Para Biden y Lapid, que mostraron una excelente sintonía personal, estos días son cruciales para sus intereses políticos. El líder estadounidense quiere lucir su capacidad de influencia en Oriente Medio para reforzar su maltrecha imagen interna, y el premier en funciones israelí quiere aprovechar estos meses al frente del país –hasta las elecciones de noviembre- para mostrarse como un estadista solvente.

Buena parte de su encuentro privado giró en torno a Irán y Arabia Saudí, pero Biden quiso incidir también en la cuestión palestina. Si bien a su llegada reconoció que difícilmente se logrará una solución a corto plazo, incidió en su “compromiso para continuar discutiendo los retos y oportunidades de las relaciones entre israelíes y palestinos”. Antes de su llegada, el ministro de defensa israelí Benny Gantz acudió a Ramallah, donde se reunió con el presidente palestino Mahmoud Abas para afianzar la coordinación de seguridad con la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

Los dos Estados

A diferencia de Donald Trump, que se mostró favorable a la anexión de colonias judías y territorios de Cisjordania que pretendía ejecutar Benjamín Netanyahu, Biden remarcó su “apoyo consistente a la solución de dos Estados y avanzar hacia una realidad en que palestinos e israelíes puedan disfrutar equitativamente de seguridad, libertad y prosperidad”.

Desde que asumió el poder, Biden dejó en segundo plano el longevo conflicto de Oriente Próximo, convencido de que las partes no están preparadas para retomar las conversaciones de paz. No obstante, el inquilino de la Casa Blanca incidió en su compromiso para mejorar la economía y la calidad de vida de los palestinos.

Antes de reunirse este viernes con Abbas en Belén, el líder estadounidense visitará un hospital palestino de Jerusalén Este, algo que levantó reticencias en sectores de la derecha israelí. En el consenso político hebreo, Jerusalén es concebida como “la capital eterna e indivisible”, y actualmente se descarta hacer concesiones sobre la soberanía de la ciudad santa.

Además de reunirse con Lapid, Biden se encontró con el líder de la oposición Benjamín Netanyahu, y participó en un foro virtual junto al presidente de Emiratos Árabes Unidos Mohamed bin Zayed, y el primer ministro de India Narendra Modi, para promover la cooperación económica y de innovación entre los cuatro países.